Capítulo 15 "-¿Estás bien?"

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No recuerdo cómo llegué a casa, no recuerdo cómo salí de aquella lluvia, no recuerdo cómo junté los fragmentos de mi corazón hecho trizas y los envolví en mi alma para intentar sanarlos.

No sé qué hago aquí acurrucada entre las sábanas sin poder moverme, dejando a mi mente divagar con dolorosos pensamientos.

Lo único que recuerdo es estar sentada horas bajo la lluvia que no cesaba, luego los cálidos brazos de Nana rodearme con ternura.

¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué estoy haciéndole a mi corazón?

¿En serio he dejado que un hombre machista, egocéntrico y superficial pase por encima de mí?

¿Qué pasó de la Emma que juraba ser independiente hasta sus últimos días, aquella que prometió nunca dejarse pisotear, esa niña que a las catorce años se paró frente al espejo y se juró nunca más dejarse herir por un hombre, la que entre lágrimas prometió nunca enamorarse?

Decía que los hombres eran unos idiotas, que solo se intentaban sobrepasar con nosotras, que no podían ver más allá de nuestros cuerpos. Con Adam fue distinto, pensé que era distinto. Podía ver como sus ojos desnudaban mi alma y no mi cuerpo, cuando me confesó, de una extraña manera, que sentía algo conmigo, pude percibir la sinceridad en sus palabras y la desesperación en sus ojos.

Supongo que es demasiado buen actor.

¿Realmente fui una ilusa?, él tiene razón, ¿cómo iba a esperar que alguien como él se fijara en alguien como yo?

Las lágrimas se agrupan en mis ojos y me obligo a parpadear varias veces para dispersarlas justo al tiempo en el que mi celular suena.

Tomo el celular y respiro hondo para ahuyentar el nudo en mi garganta.

"Mamá" se lee en la pantalla parpadeante.

-Hola -contesto con tono neutro.

-¡Hola! ¿Cómo has estado tú sola? -su voz ya se empieza a cargar de reproches -¿Hiciste una fiesta verdad? Rompiste algo, ¡es más! ¡Quemaste la casa! -sus exclamaciones solo lograban alterarme -¡Jamás debimos confiar en ti!

-Mamá todo está bien aquí -respondo y accidentalmente se me quiebra la voz en la última palabra.

Espero que no lo haya notado...

-¿Estás bien? -pregunta con fingida preocupación -¿Tienes miedo? ¿Sucedió algo? ¡Alguien entró en casa! ¡No creas nada de lo que te digan! ¡Vamos para allá!

Frunzo el ceño y aclaro mi garganta. No quiero preocuparlos, pero tengo miedo, sin embargo, sé que puedo controlarlo. Además ellos deberían llegar mañana.

-No es necesario que vengan -trato de convencerla fingiendo un gran entusiasmo -¡Estoy muy bien! No ha pasado nada, mamá. No sé de qué hablas...

-¿Nada extraño? -me pregunta.

-No, mamá.

-¿Segura?

-¡Que sí! Ustedes solo disfruten de su viaje, yo seguiré estando bien. Es más, ahora mismo estoy en la cama sin hacer nada, esto es muy aburrido -rio para convencerla.

Un pequeño silencio inunda ambas líneas, pero escucho atentamente la respiración de mamá.

-Siendo así -ríe ligeramente -¿No te importa que nos quedemos unos días más?

Abro los ojos como platos.

¿ACASO PIENSAN ABANDONARME?

-Eh... Yo... -me cuesta formular una oración -Por supuesto que no, pueden seguir disfrutando.

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora