No hemos engullido el mejor desayuno del mundo, pero unos pedazos de pan con pequeños sorbos de jugo de naranja son suficientes.
-¿Segura que puedes ir? -le pregunto a Beth. Se nota que la herida ya ha cicatrizado (ventajas de ser un ser mágico), aunque su rostro sigue blanco como el papel.
-Por supuesto, no te preocupes, Emma.
Quisiera golpearme mil veces en la cabeza al verla sonreír de aquella manera tan dulce y saber que la estaré exponiendo.
Finalmente no me queda más que hacer que aceptar que ya está bien.
No tardamos en juntar nuestras cosas en las mochilas nuevamente y darlas a Ren para que las vuelva a encoger.
Me hacen una seña expresando que estarán abajo, debemos salir enseguida. Asiento con calma e intento sonreírles.
Unos brazos fuertes me rodean por la cintura hacia atrás y ubica su barbilla en mi hombro para luego besar mi sien.
-Todo va a estar bien -alega.
Puedo sentir su olor a cigarrillos y sangre, con esa mezcla de pino fresco.
-¿Porqué siempre hueles a cigarrillos y sangre? -cuestiono pasando por alto sus recientes palabras.
-Los ángeles olemos a cigarrillos -pone los ojos en blanco mientras se ubica frente a mí -Si hueles a tabaco, y nadie está fumando cerca, es porque un ángel te acecha.
Acerca nuestros cuerpos hasta tenerlos pegados y besa la punta de mi nariz.
Levanto mi mano y trazo su pómulo con mi pulgar.
-Pero, ¿no que el tabaco era algo malo? -cuestiono sin interesarme realmente el tema.
-No -responde con simpleza -Los mundanos han alterado al tabaco, han utilizado químicos dañinos, son esos los que son malos.
Me limito a asentir mientras él masajea mi espalda con sus fríos dedos bajo mi blusa.
Me estremezco inmediatamente ante su tacto.
-Nos están esperando -alego separándome -Ya debemos salir.
Sonríe con picardía ante mis palabras y lleva una de sus manos hasta mi nuca, sin darme tiempo de asimilar sus acciones, se inclina con urgencia apoderándose de mis labios.
Le correspondo el beso de inmediato.
Mis dedos cosquillean pidiéndome más, mis labios arden al sentir como se mueven los suyos. Entreabro la boca para dar paso a su lengua, quien acaricia la mía con un ritmo caliente que de inmediato hace que sienta un calor particular en mi entrepierna.
Oh, Dios...
Nos hemos besado muchas veces antes, pero ésta en particular me resulta especial.
Sonará extraño, pero después de lo de David, nunca quise siquiera imaginarme a un chico entre mis piernas, pero... Lo quiero a él. En definitiva quiero esto con él, con nadie más. Estoy lista para dejar atrás el pasado, porque solo él logra despejar mi mente de malos recuerdos.
Sin embargo, el momento y el lugar no son los mejores, pero lo bueno es saber que ya estoy lista para este paso.
-Te quiero, Adam -digo separándome para recobrar el aliento y luego lo abrazo con mucha fuerza. Él queda incrédulo un momento pero no tarda en abrazarme con la misma intensidad -Quiero entregarte todo de mí -susurro -Mi alma, mi corazón, mi cuerpo.
Lo abrazo con fuerza apretujando su cuello. Siento su excitación en mi vientre e inmediatamente me ruborizo y me separo de él con lentitud.
Trago saliva y río internamente.
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ADAM (EN EDICIÓN)
Fantasía-¿Quién eres realmente? -le pregunto mientras mis piernas tiemblan a penas sosteniendo mi peso. Sus ojos se iluminan y por un segundo creo verlos cambiar con un brillo dorado. Instintivamente retrocedo, pero él me sostiene de la cintura, evitand...