Capítulo 11 "-¿Por qué eres así?"

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Me agrada este lugar, realmente me resulta bastante acogedor, y más aún con aquella adorable mujer recorriendo el salón.

-¿Ha habido mucha gente hoy? -me pregunta cuando sale da la puerta.

-Hasta ahora solo cinco clientes.

Estaba por ser las siete y media de la tarde y ni un alma se atrevía a entrar a la tienda por el trascurso de una hora aproximadamente.

-Entiendo... -murmura desanimada.

No he visto a Adam desde que llegué, me resulta extraño, aunque no tanto, teniendo en cuenta que solo he estado un día aquí, por lo tanto, no sé si acostumbra faltar.

-¿Adam siempre falta? -me animo a preguntar.

Sigo sentada tranquilamente tras el mostrador. La mujer sonríe con cierta picardía y se acerca con cautela hacia mí.

Frunzo el ceño y me rasco la nuca incómoda ante su mirada acusatoria.

-¿Te gusta Adam? -pregunta de repente.

Abro los ojos como platos y me sobresalto empujando accidentalmente mi revista hasta que cae al suelo.

Rápidamente me pongo de pie para recogerla.

Carraspeo para aclarar mi voz.

-No, por supuesto que no. Solo estaba preguntando...

La mujer suelta una tierna risita e inmediatamente mis mejillas se tornan rojizas.

-Solo era una suposición, cariño -dice -Relájate. Y Adam dijo que vendría enseguida, hoy se ha tomado el día libre.

¿El día libre? ¿EL DÍA LIBRE? ¡Maldito holgazán!

-Ah, que bien -respondo con una sonrisa más falsa que las de las propagandas de pasta dental.

Vuelvo a centrarme en la revista que tengo entre manos y dejo escapar un suspiro al mismo tiempo en la que escucho de nuevo la voz de la mujer.

-Deberías tomarte el resto de la noche -dice -De todas maneras ya no parece que vendrá nadie.

-¡¿De verdad?! -exclamo.

Ella asiente con una sonrisa.

Recojo mi bolso y la acomodo en mi hombro.

-¡Pero no puedo permitir que vayas sola! -exclama -¿Acaso no tienes a alguien que venga a buscarte?

Daniel... Pero él vendrá para las ocho y me rehúso a esperar media hora, aunque este lugar me agrada, no pienso quedarme si no es por trabajo.

Asiento y saco mi celular de mi bolso para llamar a Daniel y preguntarle si está cerca para venir a buscarme. Está apagado.

Genial. ¡GRACIAS UNIVERSO POR COMERTE LA BATERÍA!

-Hmm, la verdad es que no -respondo -¡Pero no se preocupe! Puedo arreglármelas sola.

-¡De ninguna manera! -exclama ella y justo en ese momento la puerta principal se abre y un relajado Adam entra en el lugar -¡Adam te llevará!

Volteo mi mirada hacia él y nuestros ojos se conectan de una manera extraña. Como si aquel individuo pudiera divisar mi alma, seducirla, desnudarla y contemplarla libremente aunque yo me rehusara.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo y me veo prácticamente "enchufada" a él. Con pequeñas chispas eléctricas flotando en el aire.

Maneo la cabeza para despejar mi mente ante este extraño acontecimiento.

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora