Es difícil concentrarme cuando las palabras de mamá no dejan de retumbar en mi mente.
-Debes concentrarte, Emma -habla Renata, quien por fin me ha dado la autorización de llamarla Ren -De lo contrario, esto será más difícil para ambas.
Asiento con la cabeza prometiéndome mentalmente que olvidaré lo ocurrido, por lo menos por ahora.
Afianzo mi agarre en el cuchillo y vuelvo a mi posición de lucha.
-Eres un ángel de luz -vuelve a hablar -Tienes exceso de bondad en tu sistema, pero para esto debes hacer un esfuerzo y atacar a tus víctimas sin piedad. Ni siquiera debes pensarlo. Recuerda: Pelea. Corta. Siguiente.
Vuelvo a asentir con la cabeza y me obligo a prestar atención a sus palabras.
Todo mi cuerpo está cubierto de sudor, hemos entrenado por más de tres horas y siento como mis piernas y brazos reciben dolorosos calambres cada cierto segundo.
-Necesito descansar, Ren -me quejo.
-Nada de eso. ¡Vamos! Este último y puedes ir a tomar agua -me alienta y yo intento sonreírle con un asentimiento.
Ella parece conforme con mi respuesta. Ambas dejamos escapar aire por nuestras bocas, estamos exhaustas.
Ella me hace una seña para atacar, por lo tanto me apresuro en acercarme e intentar cortar su pómulo pero mi cuerpo está tan débil que cuando lo inclino no soporto mi peso y caigo al suelo.
Escucho la leve risa de la hechicera mientras cierta celebridad de la magia se acerca para ayudarme.
-¿Te encuentras bien? -me pregunta Alex con el ceño fruncido pero ojos divertidos.
-Sí, solo estoy muy cansada.
-Está bien -habla Ren poniendo los ojos en blanco -No era necesario que lloriquées. Ve a descansar, eres libre por hoy.
Dejo escapar un largo suspiro y ni siquiera me quejo cuando Alex me carga en sus brazos y me lleva hasta el sofá con mucha ternura.
-Admiro tu valentía -alega cuando me acomoda como si fuese una pequeña niña.
Sonrío de forma honesta ante sus palabras.
-Gracias -contesto -Debo admitir que jamás pensé que haría algo como esto.
Se sienta en el suelo, justo a lado de mí, logrando que nuestros rostros queden en la misma altura.
-Yo sí lo pensé -contesta él sonriéndome -Siempre fui consciente de tus ganas de luchar, de ese carácter fuerte que mostrabas cuando tus compañeros se burlaban de ti, esa valentía que tenías cuando defendías a tu amiga. Emma, siempre fuiste valiente, pero a tu modo.
A pesar del excesivo cansancio, me es imposible no sonreírle.
Es siempre tan tierno, ya hasta le he agarrado cariño, ¿pero quién no? Es una de las mejores personas que conocí en mi vida y siempre está cuidándome.
-Jamás podré pagarte todo lo que haces por mí -alego.
-Jamás te pediría que hagas algo como eso -responde con seriedad, pero entonces sus comisuras se elevan en una tímida sonrisa -Aunque siempre cabe la posibilidad de un beso.
Dejo escapar una leve risa de mis labios y luego bostezo.
-Estoy con Adam ahora -le aclaro mientras me acomodo mejor en el viejo sofá -Lo amo mucho.
Él sonríe con tristeza y coloca un mechón de mi cabello tras mi oreja.
Dejo escapar otro bostezo.
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ADAM (EN EDICIÓN)
Fantasi-¿Quién eres realmente? -le pregunto mientras mis piernas tiemblan a penas sosteniendo mi peso. Sus ojos se iluminan y por un segundo creo verlos cambiar con un brillo dorado. Instintivamente retrocedo, pero él me sostiene de la cintura, evitand...