Capítulo 17 "-Ahora estás desnuda"

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En multimedia: El cuerpo de Emma.

Me remuevo en la cama de manera perezosa. Es raro pues mi subconsciente ya ha despertado, sin embargo mi cuerpo se rehúsa a levantarse.

Gruño al sentir un dolor intenso en todo mis músculos. Como si mi carne se estuviera pudriendo por dentro.

Trato de sentarme pero me resulta imposible. Los dolores van aumentando a medida que voy haciendo esfuerzo por levantarme.

Finalmente, mordiéndome la lengua para no gritar, me impulso con ambas manos y logro quedarme sentada en la cama.

¿Qué es lo que sucede conmigo?

"Estás enferma..."

Las palabras de Daniel solo logran ponerme más nerviosa de lo que estoy y un escalofrío recorre instintivamente mi cuerpo.

Me agito para alejar aquel frío tan intenso de mi cuerpo y logro ponerme de pie.

Es impresionante el dolor que siento. Como si hubiera corrido una maratón toda la noche.

Lentamente agarro mi toalla y me dirijo a paso lento al baño.

Una vez allí, me quito con suma delicadeza la ropa y luego me miro al espejo.

-Oh Dios... -susurro.

Inconscientemente atajo mi respiración al observar tan horrorosa imagen.

Tengo unas enormes ojeras, que más que ojeras parecen hematomas, pues son oscuras de un morado intenso, como si me hubieran golpeado en ambos ojos.

Mi clavícula derecha se ve lastimada, es horrible el moretón que la adorna.

Inconscientemente llevo mis dedos hasta mi clavícula y con delicadeza la toco.

Qué extraño... No duele.

Frunzo el ceño y bajo la mirada a mi cuerpo. En mi cintura, lado izquierdo, una enorme mancha morada adorna mi pálido cuerpo. Alzo un poco más la mirada y veo que alrededor de mi pecho derecho hay una fila de moretones horribles.

¡¿Cómo mierda me hice moretones en el pecho?!

Daniel había dicho algo de que mi sangre está débil, eso podría explicar perfectamente los hematomas, pero lo que no explica es el por qué de esta anomalía.

Nunca me había sentido tan cansada, tan débil, tan hundida. Siento que me desmayaré en cuestión de minutos.

Intento ignorar mis malos pensamientos y me meto en la ducha, dejando que el agua fría limpie mi cuerpo, por lo menos el exterior.

Debo admitir que tengo miedo. Nunca antes mi cuerpo había reaccionado así. ¡No entiendo por qué me pasa esto justo a mí! Me siento vulnerable. Tengo miedo de morir, no quiero que eso pase y no sé qué hacer para detener toda esta situación que aborrezco y de la cual estoy absolutamente cansada.

¿Adam tendrá algo que ver? Si hablamos de seres míticos, los extraños sucesos con Adam encajan totalmente con esa definición, y no solo eso, se ha estado filtrando en mi habitación cada noche, ¿cómo es que llega a la ventana del segundo piso sin esfuerzo?

Daniel no pudo responder todas mis dudas en la noche, pero aún recuerdo sus palabras. ¿Realmente existen los monstruos y seres míticos? ¿Será cierto lo que me ha dicho? Y si ese fuese el caso, ¿quiero saber más acerca de eso? ¿Quiero meterme en estos asuntos?

¡Pero yo ni siquiera elegí esto! ¡No quiero estar enferma! ¡No quiero conocer seres míticos o monstruos! Quiero ser normal. Comprar un departamento, e ir a vivir en él mientras estudio literatura en la universidad...

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora