Escucho el grito de Daniel y observo su impotencia al no poder dejar la puerta e ir a ayudarla.
Me levanto como puedo y corro hasta ella.
Ren y Adam se encargan de las otras criaturas que siguen bajando de las escaleras.
-¡Beth! -exclamo y me lanzo al suelo de rodillas para revisar su herida.
La lanza es enorme y está clavada en su carne con tanta fuerza que ha traspasado y se ha clavado al suelo de madera vieja. La sangre está inundando su alrededor mientras sale a chorros de entre la lanza.
Las arcadas salen de mi garganta sin poder evitarlo, pero no desisto, debo ayudarla.
Ella está llorando mientras presiona su mandíbula con fuerza.
-Tienes que sacarla -habla con voz torturada.
Abro los ojos como platos. Apenas y puedo verla, jamás lograría sacársela.
-No puedo hacer eso, Beth -alego con el corazón bombeando a una velocidad antinatural.
Ella agarra mi mano con fuerza y la lleva hasta la lanza. Todo mi cuerpo tiembla y me estremezco sin poder evitarlo.
-Hazlo -ordena. Ya no hay rastro de esa Beth tierna y frágil -Debes hacerlo antes de que se infecte y la pérdida de sangre sea demasiado significativa.
El dolor en sus palabras me hace asentir sin dudar esta vez.
Ella agarra su cuchillo que estaba a pocos centímetros de nosotras. Pone el mango del cuchillo en su boca y la muerde ligeramente, para luego asentir hacia mí.
Emma, puedes hacerlo.
Respiro hondo e intento que mis manos dejen de temblar al par que las aferro en la lanza.
-Uno... -respiro -Dos... -cierro los ojos con fuerza -¡Tres!
Hago uso de toda mi fuerza para estirar la lanza hacia arriba y logrando que ésta se deslice de la pierna de Beth y salga sin muchas complicaciones.
Sin embargo, me fue imposible no escuchar el sonido de su piel siendo abierta.
Abro los ojos y observo como la sangre se dispara con más intensidad.
Ella escupe el cuchillo y presiona la mandíbula con fuerza.
Las arcadas vuelven, el dolor de cabeza se asienta y mi respiración se torna espesa.
No ahora, por favor...
Escucho los apresurados pasos de alguien antes de lanzarse a mi lado, volteo la mirada inmediatamente y los ojos azules de Daniel me miran con agradecimiento.
Volteo a ver la puerta y confirmo que es Adam quien ahora ataja la puerta junto con Alex, mientras Ren sigue luchando.
Daniel se saca la camiseta a la velocidad de la luz. No tarda ni tres segundos en atarla alrededor del muslo de Beth, sin embargo, la sangre traspasa la tela sin complicaciones. La hemorragia no deja de ser intensa. A este paso morirá por la inmensa pérdida de sangre.
-Tranquila, hermosa -le habla Daniel -Te sacaré se aquí. Vas a estar bien, te lo prometo.
Él se apresura a secar sus lágrimas con sus pulgares y darle un beso en la frente mientras Beth intenta dejar de llorar, pero le resulta imposible a causa del dolor.
Siento que estoy invadiendo la privacidad de ellos, por lo tanto decido levantarme y cuando observo hacia Ren veo como tres criaturas se abalanzan sobre ella.
ESTÁS LEYENDO
ADAM (EN EDICIÓN)
Fantasía-¿Quién eres realmente? -le pregunto mientras mis piernas tiemblan a penas sosteniendo mi peso. Sus ojos se iluminan y por un segundo creo verlos cambiar con un brillo dorado. Instintivamente retrocedo, pero él me sostiene de la cintura, evitand...