Ring, ring.
La alarma del despertador retumba en toda la habitación.
Agarro un oso de peluche y la aviento por el estúpido despertador que cae al suelo y se lleva un golpe que hace que se apague.
-Yo ser genial -balbuceo con una sonrisa.
Agarro una almohada y cubro mi rostro con ella. Me hago una bola entre las sábanas y dejo escapar un largo suspiro.
-¡Emma!
Odio los gritos a la mañana, ¿por qué no gritan a la tarde? Ahí no molestarían a nadie.
Me siento en la cama poniendo todo el esfuerzo que puedo, llevando conmigo la almohada que presiono entre mis puños con mucha fuerza.
La puerta se abre bruscamente y una melena negra se asoma por mi umbral.
-¡Emma! -vuelve a gritar.
Es Mad. Maldita idiota, ¡¿cómo se atreve a despertarme?!
-¡Emma! -grita justo en mi rostro mientras yo sigo quieta como una piedra y mis ojos siguen pesándome -¡Despierta!
¡¿Qué despierte?! ¿Qué se supone que estoy haciendo?
-¡ESTOY DESPIERTA, MALDITA ZORRA! -le grito con todas mis fuerzas -¡¡¡NO ME GRITES CUANDO TENGO SUEÑO!!!
Ella da un paso atrás y frunce el ceño.
-Sí que estás mal -alega -¡Yo te ayudaré! -sale corriendo por la puerta.
¡Maldita Madison Brown! Solo espero que no vuelvas hija del demonio.
Vuelvo a lanzarme a la cama y acobijo mi rostro bajo la sábana.
-¡Emma! -la puerta se vuelve a abrir y yo me limito a ignorar los gritos y zarandeos de Mad.
De repente siento como estira mis sábanas, me aferro a ellas, pero me es imposible tener fuerza mientras mi subconsciente aún sigue dormido. Me la saca y al instante siento una oleada de agua fría derramándose por mi rostro.
-¡MADISOOOON! -grito tan fuerte que podría afirmar que los vecinos llamarán a la policía para confirmar que Mad no me ha asesinado. O probablemente yo a ella.
Me levanto de un brinco y mis ojos se clavan en la idiota que tengo enfrente. Mis puños se cierran de la rabia y todo mi cuerpo queda en alerta.
-Em -empieza -Es que tú... No despertabas y, y, ya es tarde -tartamudea mientras da unos pasos atrás.
-¡MALDITA! -grito lanzándome hacia ella, mientras corre fuera de la habitación. La persigo hasta que ella entra al baño y se encierra allí.
-¡DIME UNA RAZÓN POR LA CUAL NO DEBERÍA ECHAR LA PUERTA Y METER TU ASQUEROSA CARA EN EL INODORO!
Puedo escuchar su respiración agitada al otro lado de la puerta.
-Porque... -habla con lentitud saboreando las palabras -Mañana es tu cumpleaños y yo te llevaré a una fiesta hoy.
Podría jurar que está aleteando las pestañas.
-Maldita trigueña -susurro mientras doy media vuelta para dirigirme de vuelta a mi habitación.
-¡Y tú eres una estúpida pelirroja! -exclama.
Pongo los ojos en blanco y me encierro entre cuatro paredes.
Soy pelirroja y sabe que odio serlo, por eso lo dijo. Estúpida mejor amiga.
Tener los ojos verdes no me desagrada, mi extravagante cabello naranja llama demasiado la atención y para colmo odio las espantosas pecas en toda mi cara. Es como si mi piel estuviera sucia, llena de manchas.
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ADAM (EN EDICIÓN)
Fantasy-¿Quién eres realmente? -le pregunto mientras mis piernas tiemblan a penas sosteniendo mi peso. Sus ojos se iluminan y por un segundo creo verlos cambiar con un brillo dorado. Instintivamente retrocedo, pero él me sostiene de la cintura, evitand...