Capítulo 5 "-Eres preciosa"

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Sus ojos me asaltan el alma y el corazón se me acelera aún más.

El chico moreno me suelta inmediatamente y da un paso atrás.

-Yo, yo... -tartamudea -No sabía que era tu amiga.

El olor a cigarrillos y sangre llena el lugar y rápidamente siento que me asfixio. ¿Porqué cada vez que él está cerca este olor me atrapa?

-Largo -su voz es fría, vacía y firme.

Los tres chicos que siguen a mi alrededor se miran unos a otros con evidente miedo y se dirigen hacia la única salida que tienen, el mismo lugar donde está él.

Los primeros dos salen sanos y a salvo, pero cuando el moreno pasa a su lado, él le pone un pie de por medio y éste cae de lleno al suelo rasposo. Algo cambia en este chico misterioso, quizás sus ojos, quizás su alma... Pero rápidamente se vuelve agresivo y da una fuerte patada en el estómago del moreno.

-¡POR FAVOR! -le suplica él.

Pero éste no tiene ni una pizca de piedad, al contrario, con cada palabra que su víctima pronuncia, él se vuelve más agresivo. Sé que este idiota acabó de darme el susto de mi vida, sé que intento sobrepasarse conmigo, pero no puedo ver como lo matan y permanecer parada como si nada.

-¡Basta! -exclamo desde donde estoy. Sin embargo, él ni siquiera se inmuta -¡HE DICHO QUE PARES! -grito.

El moreno ya ni siquiera se mueve, pero sigue respirando, pues su pecho sigue subiendo y bajando, aunque con un poco de dificultad.

Corro hasta "el chico misterioso".

-¡LO MATARÁS! -grito en su cara, pero él se limita a seguir dando patadas en el estomago de su víctima.

No hay nadie alrededor, nadie que pueda ayudarme.

Sin pensarlo dos veces, salto a su espalda con intensión de detenerlo. Lo tomo con tanta sorpresa que él se sobresalta y pierde el equilibrio, haciendo que ambos caigamos al suelo. Rápidamente aprovecho para subirme a horcadas encima de él. Sujeto sus brazos por el suelo y lo retengo allí.

-¿Acaso hablo en otro idioma para que no entiendas lo que te digo? -le espeto.

Nuestras respiraciones se vuelven más agitadas de las que ya estaban. Y siento como mi cuerpo va reaccionando a la cercanía del suyo. Mis piernas tiemblan al igual que mis brazos.

-Hablas latín -alega de la nada y estoy segura de que lo ha hecho para molestarme.

-Debería golpearte -espeto con los dientes apretados por la rabia, inconscientemente acerco mi rostro al suyo en un intento de intimidarlo.

-Inténtalo -susurra y su aliento choca en mi rostro.

¿Porqué cigarrillos y SANGRE? ¡¿Porqué no menta?! ¡¿O flores?!

Trago saliva y sus ojos bajan a mi cuello.

Mi pulso se acelera y de repente soy consciente de lo cerca que estamos y de lo comprometedora que es nuestra posición. Pero no quiero apartarme, no puedo...

Sus ojos suben y se quedan clavados en mis labios. Mi boca se seca rápidamente, al parecer él se da cuenta y sonríe de la lado para luego mirarme a los ojos.

Nos quedamos en silencio observando cada facción del otro.

Sus ojos grises me escanean lentamente y brillan a su paso. Sus pómulos están radiantes por el sudor al igual que su frente, mientras su labio inferior tiembla un poco. Su cabello alborotado sumamente oscuro es precioso y algunos mechones rebeldes siguen cayendo en su frente.

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora