La rabia ya no está tan presente en mi sistema, sin embargo sigo sintiendo como mis manos hormiguean con la necesitad de golpear algo.
He estado caminando en círculos durante más de diez minutos ante la atenta mirada de Adam.
Hace casi media hora que he llamado a Mad y le he dicho que quiero verla y hablar con ella, ella dijo que nos encontráramos en el parque, y pues aquí estoy.
Le he dicho a Adam un millón de veces que ya no lo necesito y que se podía ir, sin embargo se ha negado todas las veces.
No lo quiero cerca de mí... En realidad sí lo quiero muy cerca de mí, pero no voy a decir eso en voz alta.
-¿Siempre ha sido tan impuntual? -la voz ronca de Adam solo logra ponerme más nerviosa.
-No.
Echo por centésima vez un vistazo a la redonda y por fin veo a una chica de cabello oscuro dar zancadas hacia mi dirección.
-¡EMMA! -grita y corre la distancia que nos separa para fundirse conmigo en un cálido y añorado abrazo.
La apretujo tan fuerte contra mi cuerpo que la escucho gruñir de dolor, río un poco antes de apartarme.
-¿Cómo has estado? -pregunto -Pensé que ya te habías ido a tu nueva ciudad, casi me vuelvo loca.
-Jamás me hubiese ido sin verte, idiota.
Ambas reímos ante su supuesto insulto. Siempre fuimos así.
Paso una mano por sus hombros y la atraigo a mi costado.
-Han pasado tantas cosas -suspiro -Necesito ponerte al día de mi vida de mierda. No lo vas a creer...
Por supuesto que voy a decirle. Es mi mejor amiga, jamás se lo ocultaría y menos aún sabiendo que moriré pronto.
-Suelta la bomba -dice y yo vuelvo a reír ligeramente.
Abro la boca dispuesta a decirle todo, pero una voz ronca se filtra en mi mente haciendo que sienta hielo en mi cerebro.
"No puedes decirle, Emma. ¿En qué estás pensando?"
La peculiar voz de Adam me sobresalta y observo como Mad frunce el ceño confundida.
Yo mi limito a negar con la cabeza. Sé que Adam está tras nosotras, Mad aún no se ha dado cuenta de su presencia y no me importa, no tengo porqué presentarlos después de todo.
Maldito Adam, ¿qué se cree para decirme lo que puedo o no hacer?
Suspiro y vuelvo a abrir la boca. Ella merece saberlo. Confío en ella.
-Mad, no enloquezcas -le advierto -Yo soy un...
-Emma, es suficiente. Tenemos que irnos -me interrumpe su hermosa y odiosa voz, ésta vez en voz alta.
Ambas volteamos hacia él. Se ve intimidante y autoritario, casi como si fuese mi hermano mayor cuidándome de algún intruso.
Pongo los ojos en blanco.
-No puede ser... -susurra Mad y cuando volteo hacia ella, veo que está horrorizada, como si estuviese viendo al mismísimo fantasma de Canterville.
Adam la observa con expresión neutral y juro que estoy empezando a perder los estribos.
¿Qué está pasando? ¿Mad le tiene miedo? ¿Porqué?
-Emma... -dice Adam con advertencia.
Maldito.
Doy un paso hacia él de manera amenazante, preparada para negarme, pero justo en ese momento Mad reacciona y se planta entre los dos.
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ADAM (EN EDICIÓN)
Fantasia-¿Quién eres realmente? -le pregunto mientras mis piernas tiemblan a penas sosteniendo mi peso. Sus ojos se iluminan y por un segundo creo verlos cambiar con un brillo dorado. Instintivamente retrocedo, pero él me sostiene de la cintura, evitand...