Capitulo 1: 25/11/16

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El frío y la nieve blanca cubrian las casas, edificios, rios y bosques en Canadá llegando a temperaturas bajo cero en las noches, las mañanas eran bastantes frescas en días soleados, las nevadas son agradables pero molestas en tormenta.
Matthew Williams, la representacion de dicho país, hermano gemelo de Estados Unidos,  preparaba Pancakes para la cena y calentando la leche para hacerla chocolate caliente. Vestía con un suéter tejido en rojo y blanco, con dibujos de renos y copos de nieve, pantalones que llegaban a sus tobillos y unas cálidas pantuflas.

Kumajiro, su pequeño oso polar, estaba sentado en la mesa sostendiendo un par de cubiertos en sus garras en espera de aquellos pancakes que Matthew los prepara tan deliciosos, sin faltar un buen jarabe de Maple.

El chico Rubio de lentes estaba por terminar de cocinar,  la leche estaba hirviendo para ya mezclarse con el chocolate, antes de destapar la tetera caliente, escuchó tragos que provenían de su oso, ¡Estaba tomando del jarabe! Matthew se acercó rápidamente para arrebatarle la botella, pero el animal mordió con fuerza la botella para impedir que se lo quitará.

—  ¡Por favor Kuma, deja el jarabe! — Jaló la botella en su contra, Kumajiro no resisto más ante la fuerza del canadiense y abrió el hocico, dejando caer a Matthew contra el frío piso. Al chico se le cayeron sus lentes y sintió un escalofrío en su retaguardia por el frío congelado del suelo de la cocina. Busco sus lentes con su tacto, le temblaba más al tantear las yemas de sus dedos la frialdad del suelo. Pudo encontrar los lentes y desde ese entonces la tetera empezó a dar un grito de vapor. Canadá se asustó y levantó rápidamente su cabeza que se estrelló con la tabla de la mesa.

—  Ooohwww...— masajeo su cabeza y se levanta desde suelo.

—...Ten más cuidado Matty —Respondió el Canadiense de lentes oscuros.

— ¡M-Matt! ¿Cuando llegaste? —Exclamó Matthew sorprendido y apenado.

Matt se acerca a la tetera para removerla del fuego y así apagar la estufa, haciendo que se disminuyera el sonido de esta. Volvió su mirada hacia Matthew y acercó su mano hacia su cabeza para acariciarla por el. —¿Qué estabas haciendo en el piso? Vas a pescar un resfriado — 

—L-Lo siento, es que Kumajiro se estaba tomando el jarabe y no quería dejarlo — Dijo con las mejillas rosadas.

—Mejor preparale su cena mientras limpió los restos de lo que derramó —
Le dió una pequeña sonrisa y tomó el trapo para agacharse y limpiar el piso.

El canadiense quita su delantal y pone tres pancakes en un plato, después abre una envoltura donde esta una tablilla de chocolate y la sumerge en la leche caliente. Deja el plato en frente del oso y este dice: ¿Quién eres?
Matthew responde: Soy Canadá

Matt termina de limpiar y deja el trapo en el fregadero, talla sus manos rápidamente - El piso realmente está frío y más afuera. -

—¿Fuistes a trabajar? — Pregunta Matthew.

—Sí, el día estuvo bastante pesado por el clima, traje unos troncos para ponerlas al fuego —

—¿No gustas cenar, Matt? — Uso una cuchara para mezclar la leche y el chocolate suavemente, a Matthew le gustaba sentir el olor y el vapor del chocolate en su cara y nariz, tan cálido y delicioso.

—Claro, ya vengo por la leña...—
Se va hacia la entrada para ir por la madera que se encontraba justo en su camioneta. Matthew seguía dando círculos a la cuchara, la leche ya estaba cambiando su color a un café oscuro. Lo dulce y cafesoso le recordaba a alguien, que tiene el mejor azúcar y se menea como la cuchara en la tetera.  Dio una sonrisita. 

—¿De que te ríes? — Preguntó Matt con la madera en su hombro.

—Sólo me acordé de mi amigo Cuba...—volteó sus ojos a la estufa.

—¿Qué? ¿Te volvió a confundir con Alfred? — Aún seguía de pie observando a Matthew. Algun dia se las pagará.

—El ya no hace eso, ya sabe diferenciar perfectamente. Sólo me acordé de él.—

Matt hizo una mueca y se dirigió a la chimenea a colocar los troncos para quemarlos. 

—Hace mucho que no veo a Carlos, vino a visitarme el día de mi cumpleaños, esos chocolates con Ron eran bastante buenos.—

Sirvió el chocolate en una taza de porcelana y la dejó en la mesa alado de Kumajiro, el ya estaba por terminar el segundo pancake.  Matthew tomo la espátula y le regaló otro pancake a su oso.

— Sería bueno llamarlo y saludarlo. Me gustaría visitarlo en estos tiempos, sólo para descanzar del frio ¿Tú que piensas Matt? — Preguntó al canadiense que tenía una bar a de metal acomodando los troncos en el fuego.

—Me da igual...yo me quedo aquí en el frío —Respondió sin muchas ganas. Matthew se dirigió a su teléfono y tomó su lista de teléfonos para marcar el número hacia Cuba. Primero marcó a su casa, pero tardó mucho sin contestar y se cortó la llamada, Matthew extrañado vuelve a marcar el mismo número, espero, pero el resultado era igual.

—Parece que no esta en casa...— 

—Que sorpresa...—agrega Matt y pone sus manos cerca de las llamas para calentarse. El canadiense ahora busco el número de celular de Carlos, era más probable que le contestara desde ahí.

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Santiago de Cuba - Cuba - 25 de Noviembre del 2016. 11:03 P.M

El celular de Carlos empezó a vibrar, el cubano agradeció ponerlo en modo vibrador, pero después de 30 segundos salió de un cuarto oscuro, la llamada de Matthew fue respondida.

— ¿Hola? — Carlos contestó pero en la llamada estaba siendo invadida por el sonido ambiental. 

— Hello, Carlos, ¿Cómo estas? — Saludo Matthew con una voz amable, logró escuchar el sonido de fondo, levantó sus cejas.
—Me estaba preguntando si podría ir a tu casa uno de estos días...—

El cubano junto sus cejas y suspiro — No creo que sea el momento para hablar, Matthew...Ahorita mismo acabo de llegar a Santiago de Cuba y estoy ocupado. —

El canadiense 2P voltea a sus espaldas y ve a Matthew sin ninguna sonrisa. Se levanta y da unos pasos para acercarse.

—¿Qué esta pasando, Carlos? ¿Porqué alguien está llorando? —

Matthew se estaba preocupando debido a que esos llantos aumentaban más su volumen. Se oía demasiado triste.

Carlos estaba por responder, pero no podía aguantar sus sentimientos, los ojos empezaron a enrojar y exhaló con algo de desperacion.

—Perdón, Matthew, no pude aguantar...— Su voz se quebró, y soltó las lágrimas, uso su camisa para secarlas.

—¿¡Dime que sucedió, Carlos!? — tomó con ambas manos el teléfono.

Dio un respiro.
—...Falleció nuestro jefe...— Dejo de hablar, pero sin colgar. Aún se escuchaba el llanto inquietante de la misma persona.

El Símbolo detrás de Cuba (Hetalia Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora