El Símbolo detrás de Cuba (Hetalia Fanfic)

Capitulo 33: La Lluvia

El 25 de Febrero, el sol se escondía detrás de las nubes descoloradas en gris, todo tinte que definía la vida de cualquier parte de la ciudad de Santiago desaparece y llegan a mojarse con el agua de la lluvia. No fue ni agresiva ni tranquila, las gotas caían como si todos estuvieran bajo una cascada llenando diferentes estanques, alegría, preocupación, relajación, y tristeza.

De las 5 hasta las 8 de la mañana, Carlos llegó a Santiago de Cuba, donde descanzaba el Líder después de 3 meses de fallecido, a pesar de que el día anterior fue el día de la guerra de la independencia, no fue más importante que la fecha posterior.

Antes de viajar, había conseguido un ramo de hermosas flores se mariposa, como una dedicación simbólica, las mismas que el había dejado el mes pasado. Todo salía de su corazón, aunque fuera mucho a comparación de otros, y quien nadie podía arrebatarle el primer lugar, era tan sólo un joven.

Carlos salió del vehículo para acercarse hacia su destino con flores en brazos. La neblina era  inútil para ocultar todo en su totalidad. Un paso adelante hacia su vista más clara al lugar donde entregaría sus flores, el moreno de seguro no será el primero en visitarlo, eso no era importante, aparte de hacer su deber, lo importante era encontrar a ese muchacho.

El paragüas protegía sus ropas de la lluvia, no llevaba nada de lo que vestía comúnmente, su vestimenta era de momento a pesar de que nadie estaba presente, salvo ese chico que se mantuvo de rodillas totalmente empapado y cuello inclinado mientras miraba al suelo, sus cabellos mojados se colgaban y ocultaban su rostro, el único movimiento de él eran sus profundas respiraciones después de su llanto.

Carlos llegó a su lado manteniendo su postura, usa el paragüas para detener la lluvia que lo intranquilizaba. Aquella persona también llevaba sus flores, justamente puestas sobre los restos. No pudo ver sus lágrimas pero si pudo sentir su tristeza, como el que sintió el día de su más cruel dolor. El cubano mayor solo se agachó para dejar sus flores, segundos después buscar la mano de su hermano y apretar contra la suya.

La lealtad entre los dos tomó mucha fuerza, pintaron el blanco y negro en un rojo y azul. Hasta los corazones de los militares se abrían al sentir a Cuba y su revolución tomados de las manos firmemente mientras a sus frentes ya hacían las dos banderas de rojo y azul, marchitas como las flores.