Capítulo 40: El guerrillero

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Matthew Williams quedó totalmente congelado por los escalofríos que atraparon el momento, justo después de escuchar un crujido de parte de aquello que lo apuntaba. La persona de atrás que aportaba el arma, la alejó de la cabeza de Matthew, sin dejar de apuntarle, le ordenó que volteara su cuerpo para verle la cara. El canadiense obedeció.

Y así fué...

Los ojos del canadiense parpadearon al instante para abrirse completamente, sus hombros se relajaron y sus labios le dolían por la necesidad de sonreír.
Sacó la fotografía de su bolsillo e hizo una comparación.
La persona que está frente a él, es el mismo chico de la fotografía, el secreto de Carlos.

¡2P CUBA!

Conservaba el mismo rostro, su melena pelirroja oscura, sus ojos rojos y esas cejas gruesas que le recordaban tanto a Carlos.

El cubano había retirado su pistola, guardandola en su bolsillo, no expresó más que un rostro dudoso al ver al canadiense.

  — ¿Tú eres el amigo de Carlos?—
Preguntó con una voz más tranquila y joven.

— S-Si...Y —

— ¿Como llegaste hasta aquí? ¿Carlos te acompañó ? ¿Donde está? —

Dios, tantas preguntas para sola una respuesta. No sabía que la ubicación de su casa fuera tan secreta e importante.

Dio un gran suspiro para decirle la verdad.

— Llegué aquí por mi cuenta. Carlos no que- —

— ¿¡Quien te dio mi ubicación!? —
Entonó con desesperación.

— 2P Rusia...  —

A esa respuesta, el pelirrojo empezó a confundirse y sentirse incómodo como si quisiera llegar a una exasperación. Empezó a negar con su cabeza.
— No...No te creo. —

— Si hubiera sido Carlos ¿Te hubiera llamado no? —

Lucio pensó al instante y miro de nuevo al canadiense.

— ¿El sabe que estás aquí? —

— N-No...por favor, no quiero que lo se-

— ¿¡Que!? ¿¡Entonces entraste a la isla sin su permiso!? —

El cubano se molestó y dio unos pasos hacia adelante en dirección a su casa.
Jesús, este chico resultó ser mas pesado de lo que mostraba sus fotografías y de como Carlos lo trataba en el teléfono.
Matthew fue corriendo tras el mientras sujetaba con fuerza su mochila.

— ¡L-Lucio, por favor, Déjame explicarte! —

Alcanzó a tomar el hombro de Lucio para detenerlo, pero él le arrebató la mano agresivamente y le gritó.

— ¡No me toques! —

—¡E-Escuchame, por favor Lucio!...— Le suplicó el canadiense agarrando sus propias manos para implorarle.

El cubano se detuvo para escucharle, su frente se arrugaba en una furia tan expresiva que clavaba sus amenazantes ojos en los ojivioletas del rubio.

Ahora que Matthew lo ve, jamás pensó que su estatura fuera tan baja, al principio pensaba que sería igual que Carlos o más alto, pero Matthew le ganaba unos centímetros de altura, es muy pequeño para ser tan enojon.

— Lucio,  E-Estoy aquí para conocerte...

El Símbolo detrás de Cuba (Hetalia Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora