Capítulo 18

119 8 0
                                    

Mis palabras fueron sinceras en su momento.

Lise


—¿Qué haces, acosadora?

Ben jalo la capucha de Anja, una vez que estuvo dentro cerró la puerta.

—No soy una acosadora.

Él no le creyó. Anja llevaba días espiando al chico nuevo que se mudó al mismo edificio, fuera curiosidad o interés, no importaba.

—¿Por qué será que siempre esta solo?

—Olvídalo. Nancy te lleva buscando por horas. Nos está esperando en su oficina, dijo que era urgente. Si tenemos suerte será de lo que estuvimos hablando.

Esperaban poder visitar el orfanato donde crecieron y aprovechar para recorrer el mismo camino que la última vez que estuvieron en la ciudad. Además también podían ver a Lise. El único problema era Nancy que argumento que la agenda estaba demasiado llena como para que se tomara vacaciones. Los compromisos que tenía Anja no podían posponerse.

Anja se detuvo frente a la puerta del nuevo vecino, aprovechando que iban de salida, pego la oreja tratando de escuchar. La puerta se abrió y termino con medio cuerpo dentro. Ben no le prestó atención, continuo revisando su correo en su teléfono.

El chico la miro confundido.

—¿Necesitas algo?

Busco ayuda en su amigo, pero él ya se alejaba por las escaleras.

—Lo siento.

Fue todo lo que dijo antes de salir corriendo.

***

Richard miro a la niña desde la distancia. Era hermosa, quiso sonreír al darse cuenta de a quien se parecía. Él estaría molesto.

Soltó una bocanada de humo. ¿Ah, desde cuando hacia tanto frío?

—Te pedí que me dieras tiempo —una mujer con gabardina se acercó por detrás.

La reconoció al instante. Sin importar que se pusiera ella lograba verse elegante. Ignorándola volvió a tomar de una calada su cigarrillo.

Era su niña, fruto de él. ¿Por qué no podía verla?

—Alguien podía darse cuenta —siguió insistiendo.

—¿Te da miedo que los de tu clase se den cuenta o que ella lo haga? Mi querida Gina me estoy cansando.

—No me amenaces —siseo.

—Un mes. Tienes un mes antes de que venga por ella.

—No puedes hacerme esto... —la tomo por los hombros impidiendo que siguiera hablando.

—No voy a esperar más. Es tu última oportunidad.

Gina aprovecho y paso sus brazos por su cintura abrazándolo. —No te enfades, estamos en esto juntos.

***

La persona más irresponsable era Madeline.

¿Cómo era posible que terminara en un bar bebiendo —solo Julian, para aclarar— hasta casi perder la conciencia? Chica lista, le diría Stefan. El solo pensar en él hizo que quisiera tomar lo mismo que su acompañante. Luego de la quinta copa que tomo Julian dejo de contarlas.

—Bebe —le ofreció.

—Tú deja de hacerlo —replicó—, podrías enfermar.

—Si lo hago... si enfermo, cuídame.

Si me amas no me hierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora