Se puede volver a amar.
No tengas miedo de hacerlo.
Adrián
Lise no contesto el teléfono, pero no le sorprendió.
Anja trato de alcanzar a Ben para que le diera una de esas respuestas que la tranquilizaban. Apretó la bufanda contra sí, tenía la esperanza de que solo fuera una réplica. Seguía sin entender que hacia su mejor amiga con esa prenda considerando que la última persona que la tuvo fue un niño.
***
Nadie le quería decir que pasaba.
—¿Estas segura? —pregunto por enésima vez.
Danielle tardó en responder.
—Tengo tarea —fue todo lo que dijo antes de colgar.
Adrián llamo a Stefan, pero fue directo al buzón. ¿Qué podía pasar para que se negaran a estar al teléfono por más de dos minutos? Su padre también había desaparecido.
Después de unas de las peores noches, donde si bien durmió bastantes horas se sentía como si no hubiera descansado nada. Le dolía todo el cuerpo y la cabeza no dejaba de palpitarle. Entro al supermercado casi sin notar que lo hizo.
Probó llamar a Madeline.
—Adrián, ¿estás bien?
Detecto un leve tono nervioso.
—¿Sabes algo de Stefan? Elle esta algo extraña.
—¿Por qué? ¿Te dijeron algo?
—¿Qué tenían que decirme?
—Nada —contesto con rapidez—. Esto... hay muchos clientes te llamo luego.
Colgó.
La sensación de que algo le ocultaban seguía creciendo. Busco el número de Renato, pero su teléfono salió volando al chocar con una persona.
—Demonios —murmuro.
Se había salido la batería.
—Oye, lo siento, pero literalmente viniste directo.
Era cierto que su atención la tenía el teléfono. Adrián se estaba por disculpar cuando el desconocido lo miro con sorpresa antes de sonreír.
—¡Eres el tipo del bar! ¿Otra vez con resaca?
Busco en su mente, pero no recordó haberlo visto antes. Aunque recordaba muy poco de sus salidas nocturnas, lo que estaba bien para él.
El tipo se giró y llamo a una chica. Ella llego corriendo a donde estaba.
—¿Viniste? Te dije que no iba a tardar, está bien, no importa. Mira, es el tipo borracho que te querías llevar a casa —bromeo.
La chica tenía unos impresionantes ojos azules que le recordaban a un cielo despejado. Su cabello rubio tenía ondas y le llegaba hasta la cintura. Estaba alterada, al juzgar por como respiraba, detalle que no paso por alto.
—Ben —le obligo a sostener lo que llevaba en sus manos—, es...
La sonrisa del tipo cayó. Miro la prenda con curiosidad.
—Es imposible. ¿Sabes cuantas bufandas iguales hay?
Adrián no podía dejar de mirarla, la manera en que movía sus manos, arrugaba su nariz, la delicada forma de sus labios. Su voz... Esa chica le producía una extraña sensación. Con algo de esfuerzo fue capaz de desviar la mirada a lo que tanto le preocupaba. Por inercia extendió la mano.
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Si me amas no me hieras
Romance"Si algo esta destinado a ser, será" Se conocieron un día de invierno. Se enamoraron en invierno. Adrián tenía todo planeado, sus estudios, trabajo, su vida. Ella no estaba en sus planes. Era como el sol, demasiado deslumbrante como para acercarse...