Capítulo 33

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Estoy cansado, demasiado cansado.

Estar a tu lado me cansa.

Adrián


Último día de verano.

A pesar de que Anja no le dejo más opciones que aceptar su amistad, ese día de todos desde que la conoció no podía estar más agradecido por eso.

Stefan necesito de unos minutos para controlarse antes de seguir a su madre y Richard, para cuando llego a la casa de Renato descubrió que su hermana había escuchado esa terrible verdad. Nadie sabía dónde estaba. Ben lo llamo minutos después avisándole que Anja se había perdido. Y por obra del destino, la siguiente llamada fue de la misma.

Se bajó del coche apenas estaciono, Anja lo esperaba en el lugar indicado, con un gesto señalo a la adolescente. Era su hermana. Estaba tan contento de saber que nada le había pasado pese a que no fue mucho que se fue. Le dijo a su amiga que esperara a Ben y antes de irse le dejo un sonoro beso en la mejilla a modo de agradecimiento.

—Hey.

Danielle lo miro sorprendida, tenía los ojos llorosos. Stefan se sentó a su lado, sin encontrar las palabras correctas, por lo que solo la abrazo.

El teléfono de Stefan no dejaba de sonar.

—Ellos siguen en casa de Renato, si vamos es seguro que sabremos toda la verdad.

Sin embargo ninguno hizo el ademan de levantarse.


Llegaron entrada la noche.

Renato los recibió en la puerta, por un momento se sintió mal por dejarlo todo el día con esas personas.

—¿Dónde has estado Elle? No sabes lo preocupado que estábamos, a tu madre casi le dio un ataque.

—¿Es verdad? ¿Ese hombre es mi padre? ¿Adrián es mi hermano de verdad?

Renato abrazo a Danielle por un breve momento. —Todo va a estar bien niña.

Gina no les dio tiempo de entrar, lo primero que hizo al verlos fue gritar a Danielle por haberse escapado.

—Gina, gritarle a la niña no va a servir.

—¡Es mi hija y yo decido como hablarle!

Stefan tomo de la mano de Danielle y la insto a pasar a la casa, ignoro a Gina todo el camino. Temió que si hablaba todo lo que llevaba dentro saldría y si eso pasara no podría apoyar a Danielle.

—Hay que llamar a Adrián —dijo Renato a sus espaldas—. Él más que nadie tiene que estar aquí.

—No hablare ni permaneceré bajo el mismo techo que ese...

Danielle corrió a donde estaba Madeline en cuanto la vio y se fundieron en un abrazo. Richard pasó por su lado para detener la discusión que se llevaba a cabo en la entrada. Tiempo después entraron los tres adultos, Gina se veía muy disgustada.

Richard y Gina tomaron asiento en el sofá, Madeline y Danielle permanecieron cerca de las escaleras. Mientras que Renato seguía parado cerca de la puerta con los brazos cruzados, daba la impresión que esperaba un mínimo gesto para sacarlos. Al juzgar por sus expresiones no iban a llamar a Adrián.

Le pareció que pasaron horas hasta que Richard comenzó a hablar.

—Conocí a Gina un año luego de que Adrián y su madre se fueran. Comenzamos a vernos, al principio no sabía que estaba casada, cuando me entere, admito que no me importo. Por aquel entonces no era un buen hombre. Con el pasar del tiempo me canse de vernos a escondidas, quería una familia como la que tenía antes. Busque a Caro y Adrián, fue entonces cuando Gina supo de ellos. Tuvimos una gran discusión con respecto a ellos.

»Pase mucho tiempo pensando en terminar lo que teníamos, hasta el día en que me entere de que estaba embarazada. Al principio tuve mis dudas sobre quién sería el padre del bebé, pero al nacer lo supe. Danielle es una copia exacta de Adrián. Gina fue muy cuidadosa con mencionar a su otro hijo y sus amistades, de haberlo sabido hace tiempo que nos habríamos reunido. Pensar que mi hijo estuvo siempre tan cerca.

—Llevas más de quince años mintiéndonos —dijo Stefan con frialdad—. Moralidad, apariencias y al final resultaste más falsa Gina.

—Sigo siendo tu madre, cuida tus palabras.

—¿Estas segura de que soy tu hijo? No me digas, el cocinero es mi padre.

Gina la dio una bofetada tan fuerte que volteo su rostro. Stefan no retrocedió, la miro con todo el desprecio que pudo reunir.

—¿Crees que no sabíamos de tus amantes? Todos en la casa lo saben, pero pensé que solo tratabas llamar la atención de papá, que no cruzarías el límite. Después de todo, eso comenzó cuando él comenzó a salir de viaje seguido. Nunca imagine que mi madre sería capaz de revolcarse con el primero que se le cruzara.

Gina lo volvió a golpear y Stefan no hizo nada para detenerla.

—Ahora entiendo porque no soportabas a Adrián y mucho menos a Caro. En realidad les tenías miedo, sabias que ese hombre te abandonaría en cuanto los encontrara. Ahórrate tus palabras, ya tuvimos suficiente.

Stefan le dio la espalda a Gina para mirar directamente a Richard. El cuerpo de Richard cayó al suelo, no se esperaba el golpe. Las chicas soltaron un grito. Stefan fue directo a donde estaba su hermana.

—Vamos a casa —la tomó de la mano. —Vamos a casa.

Danielle se dejó guiar.

¿Dónde estaba eso?

Su casa, la creía su hogar, ya no lo era.

***

Adrián perdió la noción del tiempo. Miro la hora en su teléfono, media noche. La persona del otro lado de la puerta hacia tiempo que se marchó. Con esfuerzo se levantó, pero perdió más tiempo debajo de la ducha, dejando que el agua lo empara sin molestarse en quitarse la ropa. El camino del baño a la habitación le pareció muy largo, cuando llego a la cama solo se tiró encima.

Ellos no eran buenos para el otro. Se hacían más daño que cualquier otra persona.

Y por eso tenía que dejarla ir. Ya todo estaba aclarado. No más sombras del pasado.

Era tiempo de avanzar. Aunque le doliera demasiado.

***

Anja era incapaz de conciliar el sueño, sus pensamientos no la dejaba en paz. Pensaba en Stefan y en lo que fuera que había pasado con su familia. Pensaba en Lise, quien al llegar solo se encerró en su habitación.

Y el extraño presentimiento de que algo ocurriría. 

Si me amas no me hierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora