Capítulo 32

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La verdad duele más que la mentira.

Adrián


Último día de verano.

—Por fin.

Ben miro la rustica cafetería.

—¿Este era el lugar que querías visitar antes de que nos vayamos? —entonces capto el nombre del lugar y lo entendió. —No tienes remedio.

—Tiene un aire hogareño —comento—, se siente como estar en casa.

Tardaron más de lo normal en atenderlos, al final un chico se les acerco con la libreta en mano.

—Lo lamento tuvimos un problema con el dueño y los dos camareros de turno —se disculpó a la vez que les ofrecía una disculpa.

—Oh, espero que no sea nada grave.

—No, el problema es que ninguno vino —se miró arrepentido al terminar de hablar.

Anja le dio una sonrisa de aliento. El lugar le gusto, también las personas que trabajaban eran amigables, le hubiera gustado conocer al dueño.

***

—Es suficiente, Lise.

Julian siguió su camino dejándola sola.

Lise sostuvo la manga de su chaqueta. —Solo será un minuto.

Oculto una sonrisa al escucharlo suspirar, había ganado.

—Te escucho.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo? Ni siquiera me llamaste al regresar. Estaba preocupada. Te necesitaba Julian. Todavía te necesito. Sabes cuánto te quiero.

—Eso no es cierto. Quieres mi amor.

Se sintió herida al escucharlo hablar con tanta indiferencia.

—Deja de aferrarte al pasado, Lise. Te dije todo la última vez que no vimos; ya no queda nada entre nosotros. Nunca lo hubo.

—¿Así de fácil? Suena como si desecharas algo inservible. Si sigues molesto porque me fui sin decirte nada, ahora puedo contarte todo. Podemos empezar de cero.

—Es hora de que sigas con tu vida Lise. Lo nuestro nunca tuvo esperanzas.

—¿Tan poco importante fui en tu vida? Bien, pero luego no vengas a rogarme porque no te daré otra oportunidad.

—Eres tan orgullosa. Quieres creer que me sientes algo por mí cuando hace tiempo que estás enamorada de otra persona, pero tu orgullo no te permite darte cuenta.

¿Enamorada de otra persona? Eso era imposible.

—Hazte un favor y admite que lo amas. Deja de lastimarlo y de lastimarte en el proceso —sostuvo su mano derecha por un momento. —Permítete ser feliz. No dejes que el rencor empañe tu alma y te aleje de la felicidad. Amar es ceder, Lise. No pretendas solo acaparar, demuestra tus sentimientos.

—Eres un cobarde. Prefieres lanzarme a los brazos de otro antes que luchar por lo nuestro.

Julian la miro con tristeza. —Cuando te des cuenta de tu error puede ser muy tarde.

***

Otro día que se quedaba dormido.

Agradecía que Renato le tuviera tanta paciencia, al mismo tiempo estaba consciente que no debía abusar de ella. Esos días no hacía más que preocupar a su familia, hace tiempo que no iba a los almuerzos familiares.

Si me amas no me hierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora