Capítulo Siete

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SIETE

21 de febrero, 2011

Mi mejor amiga me mira en silencio durante lo que se sienten como largos minutos, esos ojos verdes me desgastan tras escuchar todo mi relato.

—Me estás diciendo ¿Qué ese hombre atractivo y mundialmente te ayudó en el parto? —pregunta incredula señalando el poster bastante actual de BG.5— ¡Dios mío! ¿Cómo olvidas a alguien se que ve así?

—No detallé demasiado ese día ¡Me dolía! —intento defenderme y rueda los ojos, tiro de su mano para sacarla de la habitación de Katherine.

—Te vio con las piernas abiertas y la vagina dilatada ¡Qué fuerte! —Se ríe—. Vio como una gran cabeza te salía por ahí.

—¡El no me vio ahí! —argumento haciéndola reír.

—¿Es tan guapo cómo en el poster?

—Es aun más impresionante en persona —admito—. Sus ojos son increíbles y de verdad él es muy caliente.

—Apuesto a que te alborotó esas hormonas que luchas por dormir —Se ríe siguiendome fuera de la casa de mis padres—. Llevas tres años de castidad y entiendo que no creas ni quieras un compromiso, pero amiga, todo tu cuerpo te está pidiendo que calbagues a un buen hombre y te desahogues.

Suelto un bufido subiendo a mi auto y ella se instala en el asiento de copiloto, encargándose de reproducir una canción de Maroon Five mientras pongo el auto en marcha.

—¿Tenía buen culo? —Me pregunta y me muerdo el labio inferior— ¡Por supuesto que lo tenía!

—Igual no me fije en eso.

—Ya, claro —Se ríe—. ¿No extrañas el sexo, Kae? O quizá extrañar la manera en la que te aferrabas a esa libertad, los placeres. Siempre fuiste el alma de las fiestas y me encanta esta faceta tuya de mamá y mujer responsable, pero me preocupa la manera poco sana en la que te reprimes como mujer.

—Disfruté de mi adolescencia, tanto que me embaracé de un imbecil. Estoy bien con cómo funciona mi vida ahora, Brid.

—Solo quiero que pienses más en ti ¿Vale?

—Vale —digo, pero ambas sabemos que lo dejaré pasar.

***

20 de marzo, 2011.

«Sus labios descendieron por mi pecho, dejando un rastro de saliva tras ellos. Sus labios hicieron presión de manera fenomenal, sentí que mi cosita vibraba de placer, moría por tener su paquete entre mis labios, devorarlo, lamerlo... chuparlo. ¡Ooh Dios! Lo quiero en todas partes, hasta en mis orejas...»

—¿Hasta en mis orejas? —Leo nuevamente para verificar que no me he confundido, pero en efecto, eso dice y no puedo contenerme la risa.

¿En qué carajos pensaba esta escritora?

Poniéndome de pie y con el manuscrito en mis manos, salgo de mi oficina yendo directamente a la de Amelia, pasando cuando me indica que lo haga.

Tomo asiento en la silla mientras ella mantiene una llamada telefónica.

La verdad es que me agrada muchísimo mi jefa, es cierto que es dura y exigente, pero es porque cree en mi potencial. Me ha enseñado mucho y me esforcé mucho cuando fui una pasante para llegar al punto en el que me encuentro ahora.

Me encanta mi trabajo y este lugar, pero tengo que admitir que mis ambiciones me hacen preguntar muchas veces ¿Qué sigue después? Porque tiene que haber más.

H de Harry (BG.5 libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora