VEINTICUATRO
31 de mayo, 2011
He hablado al menos seis veces por teléfono con mamá y todas esas veces he pedido con Harry Daniel. Después de ver a Jake el día de ayer tengo ese miedo, puedo compartir a mi hijo, dejarlo querer y ser querido por las personas que buscan su bienestar, pero no estoy dispuesta a compartir a Harry Daniel con Jake.
No puedo evitar respirar hondo y mirar fijamente la pantalla de mi laptop en donde he transcrito las diversas anotaciones de la biografía de BG.5 que tiene cinco capítulos de borradores, de los cuales tres ya han sido aprobados por Amelia. Me gusta lo que estoy haciendo con este proyecto.
Google alerta me envía una notificación de un nuevo artículo sobre la banda, pero al abrirla me doy cuenta de que se trata de Harry... Nuevamente.
Es la misma noticia desde una diferente narración.
«¿Jenny y Harry lo retoman?» leo el título más que un par de veces y estoy segura de que la expresión de mi rostro no es feliz.
Leo cada línea. Lo abordan como una especie de cuento de hadas en la que el príncipe y la princesa se reencuentra en un amor más fuerte que nunca y estoy suponiendo de que si así es el cuento, mi papel tiene que ser el de la bruja, como la villana que los separa.
Afortunadamente para mí no estoy en el radar de la prensa y prefiero que se mantenga así.
Admito que me molesta este articulo y que estoy tentada a escribirle a Harry, pero mi orgullo me lo impide.
Hay fotos de ellos desayunando esta mañana, más de las que ya había visto a tempranas horas, también se especula que ella asistió a su ensayo y hago zoom en la foto.
—Obviamente eres preciosa, Jenny, no puedo ser una idiota quejándome de ti —murmuro detallando su piel dorada, el cabello abundante castaño con destellos rubios, la sonrisa perfecta y un cuerpo por el que quiero aplaudir y preguntar cómo lo logró.
No me gusta compararme con otras mujeres, dejé ese hábito hace mucho, pero no puedo evitar tocarme los pechos al ver los suyos tan firme.
Amamanté todo un año y durante siete meses me encargué de una agotadora lactancia materna exclusiva. Mis pechos no cuelgan, pero no son tan turgentes como en el pasado, quedaron más grandes, pero tienen una ligera caída. Sí, disfrutó de no usar sujetadores con ropa ajustada que los lleva más firme y me encantan mis tetas en general, pero ¡Joder! Aun puedo recordarlas respingonas y alegres.
—Mis tetas son increíbles —digo en voz alta dándole unos apretones antes de respirar hondo y cerrar el artículo.
No sé qué me molesta más, el hecho de que su exnovia luzca perfecta, el que él se reuniera con ella, que lo atraparan en ello o conmigo por recluirme en esta habitación de hotel cuando hace unas horas leí el primer artículo. Concluyo en que cada punto expuesto anteriormente me hace sentir molesta.
Pero tengo más rabia conmigo misma.
—Muy bien. Kaethennis, ella es ex novia y tú eres... —Me detengo porque no conozco la respuesta—. ¡Mierda! Como me joden estas preguntas existenciales.
***
2 de junio, 2011
Estoy impresionada de la casa que se alza frente a mí ¿O debo llamarla mansión?
Es la definición de dinero, comodidad y lujos. Se alza con una fachada que imita a un castillo y antigüedad con un jardín delantero precioso que mi hijo amaría por la diversidad de flores. Hay ventanales que en este momento se encuentran protegidos y escalones pequeños a los que llegas con un camino de piedra que parece sacado de un cuento de hadas.
ESTÁS LEYENDO
H de Harry (BG.5 libro #1)
RomanceSinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría ella. Kaethennis solo tuvo una debilidad, un desliz: Jake. Jake le dio la espalda a Kaethennis, él...