"Boregard"
06 de Septiembre del 2016Evening me había contando la razón de su llegada tan tarde al colegio ¡Se habían quedado dormidas! De alguna manera las entendía, ambas tenían un nueva vida a la que acoplarse, sabía de antemano también que tratar con Crow requería baterías extras, comprendí a Eve pero me enojé con Evening, le dije seriamente que ya no estaba sola, que había alguien que dependía de ella le gustara o no, pero, lo admito, era sumamente gracioso enterarme de sus aventuras.
Eve había llegado retrasada su primer día al temído séptimo grado y no tenía planeado que el segundo fuera igual, así que estacionamos a las 6:00 AM en el patio de las chicas cuando el sol ni siquiera se asomaba todavía. Era difícil verlo como el espacio de "las chicas", porque siempre fue Evening nada más, incluso yo tenía que tomar medidas, había sido muy descuidado la última vez.
—Papá, recuerda que Eve está en su habitación, así que no hagas mucho ruido cuando despiertes a Evening —dijo Louis aportando una risa.
—Oye —contesté subiendo los escalones de madera del porche—, fue un accidente. Pero lo tomaré en cuenta, gracias por la sabiduría.
Giré el pomo de la puerta, nunca estaba cerrada y eso era algo que deberíamos comenzar a cambiar, era un barrio tranquilo pero Evening no debería ser tan confiada.
—Ve poniendo las tostadas, campeón.
Le di unas palmadas duras en la espalda a mi hijo, cerré la puerta con cuidado y tomamos rumbos diferentes, él a la cocina y yo subí las escaleras. La casa estaba sumida en un silencio imperturbable. Cuando estuve en el segundo piso vi hacia la puerta de Eve, estaba abierta, pero sentí que asomarme más sería una falta de respeto. Ella seguía viéndome como su maestro tal vez. Miré el tomo de colección de Las puertas de la percepción en el mueble a lado del librero y giré el pomo de la puerta blanca de Evening. El plan era despertarla para que ella hiciera la mismo con Eve, pero la escena que me encontré fue realmente tierna e inesperada: ambas estaban dormidas muy cerca físicamente y Eve tenía su cabeza en el hombro de ella.
El día seguía siendo frío y éste se colaba intrusamente por las paredes de madera pintadas de color azul pastel. La escena era tan hermosa que saqué mi teléfono del abrigo gris y tomé una fotografía, tal vez eso nunca se vería de nuevo y podría venderlo a un museo bajo el título de: "Si esto pasó, puede haber vida en Marte", pero el flash de la cámara despertó a Evening. Apretó los párpados y se giró un poco frotándose la cara con una mano. Cuando me vio sonrió y yo le devolví el gesto, pero cuando volteó hacia Eve, por su rostro pasaron mil emociones. Debí tomar una imagen de eso también.
—Ay por Dios —cerró los ojos y expulsó aire.
—Realmente encantador —susurré.
Sus ojos se entornaron en mí de manera asesina.
—¿Qué hora es? —preguntó sentándose en la cama con los ojos achinados y movimientos perezosos.
Consulté mi reloj de muñeca y respondí con susurros.
—Las 6:03, querida.
—Estás loco —me espetó moviendo la cabeza en una negación.
—No pueden llegar tarde de nuevo, te dije ayer que no volvería a pasar.
—Y yo pienso quitarte la llave de la casa.
—Podría entrar cuando quisiera, nunca cierras la puerta.
Bufó y miró a Eve por encima del hombro.
—Debes despertarla —le pedí mientras su mirada volvía a mí.
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Evenings
General FictionUna autora de suspenso y aventura se une con una editora de novelas de misterio para desafiarse a sí mismas y transportar a los lectores a una ajetreada Manhattan, el fascinante mundo del teatro, los excesos, los adinerados colegios y... las más tri...