"Evening Crow"
06 de febrero del 2016.—Bueno, si nadie tiene más dudas o reclamos para externar en esta junta... —Boregard aguardó unos momentos más para verificar que nadie alzara la mano, y cuando esto no sucedió, continuó—. Eso sería todo, muchas gracias por asistir.
Los padres de los alumnos del salón de Eve comenzaron a levantarse de los pupitres haciendo que estos rechinaran.
—Ah, les recuerdo que la kermes con fines caritativos empieza en un par de horas, antes habrá una función de ballet en donde algunos de los alumnos de este salón estarán participando, les ruego que no se alejen de la periferia del edificio durante mucho tiempo —agregó Boregard a última hora mientras ponía un clip a un montón de boletas.
Las personas desalojaron el salón, unas pocas rodearon a Boregard para atiborrarlo de preguntas a las que él respondía con paciencia y habilidad.
Me acerqué a la puerta y Sam, que había estado esperando fuera protegido del viento con el abrigo negro de la escuela, gorro afelpado del mismo color y guantes verdes, caminó hacia mí.
—Hola, Evening —su aliento despidió una cortina de vapor.
—Sam, mi futuro yerno e hijastro.
—Sh, Evening —se llevó un dedo a la boca para callarme—. Sólo tú lo sabes, bueno, la primera parte de la oración.
Le pasé una mano por la mejilla para quitarle una viruta de nieve que se había alojado en su ceja.
Eve y yo habíamos salido temprano de casa y por ende me había podido abrigar mejor, gorro oscuro, abrigo del colegio, bufanda roja y guantes negros.
—¿Has visto a Eve? —le pregunté.
Negó con la cabeza.
—Supongo que debe estar con todas las chicas de ballet.
—Tal vez. Jamás se habría perdido una entrega de boletas —la busqué por el pasillo por si la veía aparecer pero no fue así.
Jamás se había hecho una junta para entregar calificaciones en el colegio, enviar por correo electrónico a los ocupados padres las notas siempre había resultado productivo, seguro y rápido. Pero tras la tragedia ocurrida en Lima semanas atrás, la escuela había decidido solidarizarse y enviar provisiones con los rescatistas estadounidenses que irían a apoyar. Una kermes en la plaza del plantel de secundaria resultó favorable al ser el edificio corazón del colegio. Los profesores y padres de familia voluntarios, entre los que se hallaba Nicolas, serían parte de los stands en donde se recibirían donativos de todo tipo y en el auditorio ocurriría la presentación de la obra de teatro musical, cuyo boleto de entrada costaría diez dólares y también serviría para apoyar. Eve había practicado día y noche a todas horas cuando recibió el papel del gato de Cheshire.
Era la primera vez que asistía a una entrega de calificaciones desde que había dejado la preparatoria. George Miller solía enviarme los resultados bimestrales de Elizabeth por correro, jamás los abrí. De Jake solía firmar muchas solicitudes de exámenes extraordinarios con frecuencia, pues según Nate, me correspondía pagarlos: "Es lo único que haces por tu hijo, paga por lo menos." Así que había 30 dólares cada 6 meses depositados a su cuenta.
—¿Pudiste conseguir mi boleta? —me preguntó Sam devolviéndome a la fría realidad.
Miré hacia atrás, delante de Boregard ya sólo había una mujer adulta de pelo rubio apelmazado por un gorro beige.
—Aún no, pero dame un segundo ¿de acuerdo? ¿Tienes la carta poder de tu papá?
Sam me entregó un folder de su mochila. Me di la vuelta y sonreí a la mujer de feas botas de plataforma que pasó a mi lado, me acerqué al escritorio en donde Boregard había comenzando a recoger sus papeles para guardarlos ordenadamente en su mochila.
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Evenings
General FictionUna autora de suspenso y aventura se une con una editora de novelas de misterio para desafiarse a sí mismas y transportar a los lectores a una ajetreada Manhattan, el fascinante mundo del teatro, los excesos, los adinerados colegios y... las más tri...