Caminé fuera de la casa y me dirigí hacia el único auto rojo que había, y efectivamente, Dylan estaba dentro.
Y no estaba solo...
Golpeé con dureza el vidrio del auto interrumpiendo la erótica escena que estaba montando con... ¿Bárbara?
Vaya "mejor amiga"...
- ¡Nena! No es...- interrumpí la estupidez que estaba a punto de decir- No te atrevas a decir que no es lo que parece, ni se te ocurra hacerlo- solté.
Ambos me miraban con una expresión atónita.
-Bueno, sigan con lo que estaban- dije dolida y cerré la puerta del auto.
Caminé lo mas lejos que pude y me senté en una parada de autobús, mientras intentaba no llorar, un auto se detuvo frente a mi.
- ¿Te llevo?- preguntó una chica sonriéndome.
Asentí sin pensarlo dos veces y me subí al auto, no pensaba quedarme más tiempo en una parada de autobús cuando son las dos de la mañana y estoy tan jodida.
Si ésta chica es una asesina serial, a éstas alturas del camino no me importa nada...
- ¿Para dónde vas?- pregunté mientras la chica arrancaba el auto.
Su respuesta me pareció tan conveniente como ridícula.
- ¡Que coincidencia! Yo también voy hacia allá- respondí.
- Temperance, así me llamo- solté después de unos momentos de silencio.
- Roxanne- respondió la chica, con una sonrisa ladeada.
Roxanne parecía de mi edad, increíblemente pálida, ojos cafés, cabello rubio a la altura de los hombros y anteojos al estilo Harry Potter. A mi parecer era una chica bastante bella, de manera natural...
Muy diferente a mi...
- ¿Vas de visita o vives ahí? No recuerdo haberte visto realmente- pregunté. Mi vecindario era del tamaño suficiente para que conociera a todos mis vecinos, y la cara de Roxanne no me resultaba para nada familiar.
- Soy estudiante de intercambio, de Canadá, la casa donde me hospedaré esta ahí- respondió Roxanne.
* * *
- Llegamos- dijo Roxanne.
- Bienvenidas, ¿A dónde se dirigen?- preguntó el guardia de la caseta.
Roxanne respondió y yo abrí los ojos como platos.
¿Una desconocida me había recogido a mitad de la noche y curiosamente se dirigía a mi mismo vecindario, y a mi casa?
Mi suerte no es tan mala, después de todo.
- ¡Yo vivo ahí!- chillé.
Roxanne sonrió de oreja a oreja.
No recuerdo que mis padres mencionaran algo acerca de una estudiante de intercambio... ¿Intercambio con quién? Bueno, no es como que mis padres me digan muchas cosas a final de cuentas.
- Pueden pasar- dijo el guardia de la caseta.
Roxanne condujo hasta mi casa.
Vaya coincidencia...