Temperance.
-Anda, ve con él- dijo mi nana.
- ¿Estarás bien?- pregunté.
Ella asintió.
-Siempre lo he estado-dijo.
Salí por la puerta y comenzé a caminar por el pasillo mirando al suelo.
En verdad Jack es...¿El amor de mi vida?
Reí con nerviosismo mientras mordía mi labio.
Alcé la cabeza y lo primero que vieron mis ojos fue a Jack.
Besando...
A Tess.
Sentí mi corazón comprimirse y estrujarse hasta volverse una insignificante mierda dentro de mi pecho.
Caminé hasta ellos, mis ojos estaban cristalizados, aún no podia decidir si lloraba del coraje o de tristeza, o si eran ambas. Tess rodeaba con sus brazos el cuello de Jack, y él tenía sus manos en las caderas de Tess; podría jurar que ambos estaban disfrutando el momento.
Que Jack estaba disfrutando el momento...
Esperé a que terminaran, no quería interrumpir su mágico reencuentro.
Se separaron después de varios torturantes segundos de admirar su escena, Tess me miró con una cinica y amplia sonrisa.
-¡Tem!...¿Cómo era que te llamabas? Eh, bueno, no lo sé...¡Que sorpresa! ¿Cómo has estado?- preguntó descaradamente, la muy perra.
Que ganas de borrarle esa cínica sonrisa tirándole los dientes.
- Pues, no tan bien como ustedes dos- respondí de la manera mas tranquila que pude.
-Amor...- dijo Jack.
- No me llames así, el único amor aquí es el que sigues sintiendo por ella- dije cortante.
Tess sonrió.
- Temperance, yo... yo te quiero. No es lo que parece...- dijo Jack.
Fin, ya exploté.
- ¡Carajo con esa maldita oración de mierda! ¿¡Sabes cuantas veces me la han dicho!? ¡No voy a creer mas esa excusa, nunca mas, Jackson!- dije con rabia.
-¿¡Porqué tienes que desconfiar tanto?! Tú sabes que te quiero a ti y no a ella, te lo he demostrado- respondió Jack con aun mas rabia.
<<Joder, joder, no llores aquí, no llores ahora>>
- Porque, dijiste... que jamás besarías a alguien que no quieres- respondí dando media vuelta y caminando directamente al ascensor.
Presioné el botón de la planta baja, y entré.
-¡Temperance!- escuché apenas la voz de Jackson a lo lejos.
En verdad Jack es... ¿El amor de mi vida?
No lo creo.
Las puertas del ascensor se cerraron.