- ¿Es enserio, Ivan? Te dejo por un momento y ya te estas enredando con esta perra obesa- dijo Rachel, incorporando su cruel y normal cara.
- Ya no es obesa, Rachel, ¿Acaso no la ves?- respondio Ivan.
- ¿Eres estúpido? Una vez que eres gorda...- dijo Rachel acercandose a mi- Jamás dejaras de serlo- completó susurrando en mi oido, con el volumen necesario para que Ivan también la escuchara, supongo.
Ivan la miro con confusión y Rachel rodó los ojos.
- Es psicológico, imbecil- explicó Rachel.
Bajé la cabeza, a pesar de ser una perra sin límites, con todo lo cruel que una persona podía ser, esta vez tenia razón.
- Yo ya no te amo...- dijo Ivan dirigiéndose a Rachel.
Rachel soltó una una sonora carcajada.
- ¿Y tú crees que yo alguna vez te amé? Que simpático, solo estuve contigo para joderle la vida a esta cerda, cada vez que yo te besaba... su cara era tan épica- dijo Rachel riendo, mirándome fija y cruelmente.
No pude evitar mirar hacia otro lado, a pesar de que me gustaría que ya no pudiera doblegarme, sigue haciéndolo y lo hará, nunca pude superar lo que me hizo y mis situaciones. Así que en este momento estaba dando todo de mi para comprimir mis lagrimas de frustración por no poder vencer mi miedo hacia ella.
-Pues ya que nos estamos diciendo verdades, yo tampoco te quise nunca hasta que Temperance se fue. Siempre la ame a ella, y por despecho de no poder estar a su lado por miedo al rechazo y a sus abusos, fui tu novio- dijo Ivan tomandome de la mano y sujetandola fuerte, mientras miraba a Rachel serio.
¿Qué? ¿Ivan siempre me quiso a mi?
¿Mi sueño de la secundaria estaba volviéndose realidad?
Rachel bostezó.
- ¿Y a mi qué me importa? Guárdate para ti mismo tu estúpido dramita- dijo Rachel.
Ivan frunció el ceño.
- Ya verás, maldita, esto no se queda aquí, recuerda que siempre serás mi cerda- susurró en mi oido y se fue.
Un escalofrio recorrió mi cuerpo, aún le tenia miedo, pero intenté restarle importancia.
Miré a Ivan y el sonrió dulcemente, tenía que comprobar que esto no era un sueño.
Por que a pesar del tiempo...
Supongo que lo sigo queriendo.
- ¿Es cierto lo que acabas de decir?- pregunté sin borrar la inocente sonrisa que se apoderaba de mi rostro en ese momento.
- Nunca mentiría con algo asi, linda- respondió acariciando suavemente la piel de mi mejilla izquierda, haciéndome estremecer.
- Perdóname por todo, Temperance. Fui un completo cobarde- se disculpó Ivan, mirando hacia otro lado, como si estuviese decepcionado de el mismo.
Moví su rostro para que fijara su mirada en mi, y con algo de inseguridad junté su frente con la mía.
Lo sabía, sabía que había sido cruel en el pasado... pero, ¿Qué más da si ahora sé que siempre me quiso a mi?
- Te perdono- respondí con un hilo de voz, estaba tratando de evitar soltar un sollozo. Y no, no estaba a punto de llorar por la tristeza, si no por la felicidad que me brindaba que mis sentimientos siempre fueron secretamente correspondidos.
- Te quiero, Temperance- dijo Ivan y sujetando mi nuca sutilmente.
Cerré los ojos por un momento y cuando los abrí Ivan y yo sonreímos a la par.
Era bueno saberlo.