Rachel comenzó a acercarse a mi sin dejar de apuntarme con el arma; entre más se acercaba, más se extendía su sonrisa.
Mi cuerpo reaccionó de golpe y comencé andar a gatas por el suelo para alejarme de ella, pero ella tiró de mi cabello, haciendo que mi cabeza azotara fuertemente contra el suelo. Sentí un agudo dolor e intenté levantarme con pesadez pero volvió a jalar mi cabello de manera que me obligó a mirarla. Cerré los ojos y mi dolor se transformó en un par de lágrimas.
-Eres una maldita psicópata- dije entre dientes mirándola con rabia.
-Y tú eres una jodida cerda- respondió jalando mi cabello con aún más fuerza.
-Mátala ya, termina con esto- dijo Ivan a lo lejos.
-No, no... tengo que hacerla sufrir, esta arrastrada no merece una muerte tan rápida, la voy a matar lentamente...- dijo acariciando mi mejilla izquierda con la punta del arma.
Tiré de las puntas de su cabello con tal fuerza que la hice caer, Rachel soltó el arma y le tomé agilmente entre mis manos. Rachel se levantó y en vez de tenerle miedo al arma, comenzó a carcajearse.
-Anda, dispárame si es que en verdad tienes agallas, cerda- dijo extendiendo sus brazos a los lados.
Tragué saliva y la miré con toda la determinación que mi rostro me permitió demostrar.
Tiré del gatillo pero nada paso.
<<Joder, joder, joder... no tiene balas>>
-Que estúpida eres- dijo Rachel riendo.
Tiré el arma al suelo y Rachel caminó hacia mi, sacando algo de su bolsillo, una navaja al parecer.
Comencé a retroceder al ritmo que ella avanzaba, pero una pila de cajas me impidió alejarme más, me habia acorralado yo sola.
Rachel cambio su psicópata expresión a una seria, y tiró al suelo la navaja.
<<¿Qué intentaba hacer?>>
Volvió a sacar algo de su bolsillo, pero esta vez no era en si un arma, era una pequeña caja de fósforos.
-Aqui nos a morir todos, perra-dijo en voz baja sacando un fósforo de la caja.
-Rachel, ¿De qué hablas?- preguntó Ivan alarmado.
- ¡De que todo este lugar está empapado en gasolina, mi amor!- dijo soltando una sonora carcajada.
-¿¡Estás loca?!- gritó Ivan.
-Estoy muy loca, ¡Loca de odio! Odio a esta perra- respondió Rachel, encendiendo un cerillo con una amplia sonrisa en su rostro.
-A la mierda, yo me voy- dijo Ivan intentando salir.
- ¡Tú no te vas a ningún lado, imbécil!- gritó Rachel.
Ivan se petrificó, parecía tener tanto miedo como yo.
Rachel encendió otro fósforo y lo miró fijamente por un momento.
-Adiós, cerda asquerosa, adiós para siempre- dijo soltando el fósforo, haciendo que este cayera al suelo.