-Tienes que ser fuerte-dije tomando con ambas manos la mano izquierda de Jack.
Tomé mi bolso y saqué de el una fotografía de un ultrasonido que me hice el día que me dieron de alta.
-Es la primera foto de Little bean, ¿No es linda?-dije mostrándosela.
Jack llevaba más de una semana en coma, desde ese día que desperté lo he visitado, dándole razones para despertar, hablando con él... pero todo a sido en vano, ya que no he tenido éxito.
-El doctor dijo que ya puedes someterte a la operación para que recuperes la vista, ¿Entiendes? Podrás ver a nuestro Little bean cuando nazca... vamos Jack, despierta, hazlo por mi, hazlo por nuestro bebé- dije tomando su mano y poniéndola sobre mi estómago.
Lo miré por varios largos y tortuosos segundos, más no hubo respuesta.
Solté su mano con una pesada decepción y besé su frente para salir después de la habitación.
Me dirigí a una máquina expendedora cercana y pagué por un paquete de galletas, al incorporarme noté que una mujer de una edad aproximada de sesenta y algo años me miraba, extrañada.
-Sin ninguna duda, estoy segura de que debes ser tú...-dijo con los ojos entrecerrados acercándose a mi.
-¿Disculpe?¿La conozco?-pregunté dando un paso hacia atrás.
-¡Que gusto que estés viva!, oh no te preocupes, no esperaba que me recordaras en absoluto, pero yo te encontré a unos pasos de un almacén que ocupaba para guardar unas cosas de mi negocio- respondió la señora con una sutil sonrisa dibujada en el rostro.
-¡¿En verdad?! Señora, en serio no se como agradecerle por haberme salvado la vida, ¿Cómo puedo?- pregunté.
-Hay niña, solo sal conmigo a tomar un café y da por pagada tu deuda-dijo sin borrar la sonrisa de su rostro.
* * *
En el transcurso del camino a un café que estaba cerca de el hospital la señora ya me había contado varias cosas, resulta que ella era dueña de el almacén en donde casi muero, ya que tiene un pequeño negocio de... mermeladas, e Ivan trabajaba ahi, razón por la que tenia llaves de el lugar.
-Un americano, por favor-dijo la señora Marfallan.
El mesero asintió y dirijio su mirada ahcia mi.
-A mi solo tráigame leche tibia-dije amablemente.
-Supongo que no eres mucho de café...-bromeo la señora Marfallan, divertida.
Rei levemente.
-No es eso, señora, estoy embarazada y el café... me da unas nauseas insoportables- explique con un suave tono de voz, el que siempre usaba con personas que apenas conocía, a diferencia de la señora Marfallan, que me hablaba como si nos conociéramos desde hace años.
-¿Embarazada? ¡Que gusto Temperance!, ah, deja esa formalidad de decirme señora, me haces sentir mas vieja, dime Lety- dijo "Lety" riendo como la mayoría del tiempo.
Asentí sonriendo ampliamente... es cierto eso de que la felicidad es contagiosa.
-Los hijos...-suspiro- Quisiera poder volver a tener uno, los míos hace mucho que se fueron de casa y me dejaron sola, solo los veo en navidad-dijo desanimada (Por primera vez)
Mi celular comenzó a sonar y respondí instantáneamente al ver de quien se trataba.
*Llamada telefónica*
-Temperance, ¿Dónde estas?, me tienes muy preocupada, hija-
-Solo salí a tomar un poco de aire, el hospital me tenía ahogada, perdón por no llamarla-
-No te preocupes, linda, te llamo más tarde-
-Claro, nos vemos-
*Fin de llamada telefónica*
-Supongo que esta conversación tendrá que posponerse hasta después-dijo Lety.
-Eso estaría perfecto-respondí.