Capítulo 30

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Me senté en la orilla de la camilla mirando a Jack.

-Jack, despierta por favor, te extraño-dije aún mirándolo con los ojos cristalizados- Little bean te extraña...-completé.

Cerré los ojos con fuerza dejando caer un par de lágrimas, necesitaba que Jack despertara, necesitaba escucharlo diciéndome que me amaba...

Solamente lo deseaba, lo necesitaba a él.

Comencé a llorar pero ahora sollozando con mucha más fuerza... odiaba que no estuviera consciente.

Solamente lo necesitaba a él...

-No...llores-escuché una voz masculina.

Detuve mi llanto por un momento y enseguida miré a Jack.

Tenía los ojos abiertos... ¡Estaba despierto!

-¡Jack!-chillé lanzándome sobre él.

Puse mis manos sobre sus mejillas y lo miré fijamente intentando comprobar que no estuviera alucinando, comprobar que el único amor de mi vida estaba despierto.

Junté sus labios con los míos en un impulso hambiento y desesperado y Jack respondió la caricia, débilmente.

-Por Dios Jack, no tienes idea de lo mucho que me hiciste falta-dije mientras lágrimas de felicidad corrían por mis mejillas.

-Y tú no tienes idea de lo desesperado que estaba por besarte otra vez-dijo y no respondí debido a lo hipnotizada e idiotizada que me tenia el celeste radiante que coloreaba sus iris.

-¿Cómo esta nuestro Little bean?-preguntó enmarcando la palabra "nuestro".

-Me hice un ultrazonido el día que desperté,  en verdad no sabes lo hermoso que es-respondí mirando mi vientre.

* * *

La madre y el padre de Jack apenas pudieron verlo ya que tuvieron que salir de viaje, así que decidí que teníamos que salir en cuanto lo dieran de alta.

-¿Y a dónde quieres ir?- le pregunté a Jack mientras entraba en su habitación.

-Ya lo planeé yo, tú confía en mi que vamos a un lugar que te va a encantar-dijo desde el baño.

Enarqué una ceja con interés a pesar de saber que no podría verme.

* * *

Subimos al auto y el chofer comenzó a conducir.

Durante el trayecto Jack no se canso de preguntar sobre el bebé, si estaba sano, si se desarrollaba bien, que si ya podia escuchar, que cuándo podríamos saber el género, discutiendo acerca de que nombres le pondríamos...

Y no me molestaba en absoluto, si no todo lo contrario, adoraba que se interesara tanto por nuestra pequeña creación.

-Estamos a nada de llegar, ¿Verdad Charlie?-preguntó Jack al chofer con una sonrisa de oreja a oreja.

Charlie se limito a soltar un rígido "si" con una sonrisa delicada, aparcando el auto frente a una casa de un tamaño normal y promedio a mi punto de vista, con paredes blancas y un jardin enorme repleto de rosales.

Jack y yo bajamos del auto y yo no paraba de mirarlo con aires de confundida.

-¿En dónde estamos?-le pregunté.

-Sígueme-dijo sin responder a la pregunta hecha.

Caminamos hasta la puerta principal de la casa, la cual era de un color celestre tremendamente lindo, pero no tanto como el celeste de los ojos de Jack.

Sacó un juego de llaves de su bolsillo, y palpó este hasta encontrar una en específico, para después meterla en la cerradura con tal facilidad que pareciera ya haberlo hecho muchas veces.

La puerta de la casa se abrió y Jack dejó el baston que utilizaba para caminar a un lado de esta.

Tomó mi mano y me adentró a la casa con una sonrisa.

Lo primero a la vista era una sala de estar pequeña, con libreros por doquier, y frente a esta un comedor con seis sillas de respaldos aterciopelados, todo mueble que habitara la casa tenía un estampado de flores llamativo y hermoso, para mi gusto.

A un lado de la sala había una cocina enorme que dejaba ver una puerta que salía al patio trasero. Y... para no hacer las descripciones tan largas, una escalera a mi lado derecho en forma de espiral que conducía al piso de arriba.

Era una casa que lucia antigua, pero eso no quitaba que era muy bonita.

-Estamos nada más y nada menos que en el lugar en el que criaremos a nuestro Little bean-respondió sonriendo por fin a mi pregunta.

Lo miré confundida sin decir una sola palabra.

-Era la casa de mi abuela, Temperance, era lo único que tenia y lo único que me dejó. Yo la quería mucho y ella a mi también... la veía muy poco, verás, mi abuelo habia sido un tremendo cabrón y ella lo dejó, el insistió en quitarle todo lo que tenía, incluida mi madre. Esto fue lo único que no pudo quitarle...-explicó, esta vez sin sonreír.

Tiré de su brazo para atraerlo hacia mi y lo abracé fuertemente.

-Te amo-fue lo único que salio de mi boca a pesar de el millar de cosas que quería expresarle en ese momento.



















Oh My Blind.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora