no es fácil

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Desde hace una semana Yuri había salido del hospital, su cuerpo se recuperó rápidamente, pero la mente el omega era un caos, estaba ausente, no hablaba mucho, no quería salir de su casa, ni siquiera había ido a visitar la tumba de su cachorro, solo se quedaba en el departamento, haciendo las tareas del hogar, aparentando estar bien, pero apenas Viktor y su cachorro se descuidaban su mirada se perdía, mirando a la nada, con rostro inexpresivo, algunas veces inconscientemente llevaba sus manos a su vientre y lo acariciaba, tampoco había hablado con Phichit y Seung, simplemente no intereactuaba con nadie con nadie que no fuera Viktor o Yurio.

El alfa sabía que pudo haber sido peor, el médico le había dicho que incluso pudo haber rechazado estar con ellos, y una parte de el se alegro que no fuera así, pero le devastaba que Yuri actuará de esa manera, quería recuperarlo, aunque sabía que no sería fácil, su cachorro también intentaba a su modo, con pequeñas acciones mantener la mente de Yuri con ellos.

Yuri sufría y el no podía hacer nada para mitigar ese dolor, Viktor conocía al omega lo suficiente como para saber que se estaba guardando todos sus sentimientos y eso lo preocupaba aun mas, cuando Yuri no aguantará más iba a explorar, y lo único que el podía hacer era estar ahí para el, intentando poner los pedazos rotos en su lugar nuevamente, estaba consciente de que ya no sería como antes, pero amaría a su omega, así, roto, y con todo es eso pedazos vacío que nunca podría llenar ni con todo el amor del mundo; porque estaba seguro que Yuri haría lo mismo con el, ya que el también estaba sufriendo por la pérdida de su hijo y por el estado de su pareja, pero estaba dispuesto a amar y proteger a su omega y a su cachorro, con cada uno de los pedazos rotos que lo conformaban.

El desayuno transcurría con normalidad, un poco más silencioso de lo normal, pero aún se podía sentir esa calidez de un hogar, poco a poco volviéndose a formar.

-en dos días tendré una presentación*- hablo Yurio sonriente, captado la atención de Yuri quien parecía que estaba a punto de volver a perderse en su mente

-¡¿en serio?! Eso es genial, estoy muy orgulloso de ti- y por primera vez desde que volvieron a casa, el omega sonrió

-¡me voy a esforzar mucho! ¡por favor ve a verme!- la sonrisa del omega poco a poco se transformó en un gesto incómodo, aunque quería disimularlo fue bastante obvio para el pequeño a quien de inmediato se le humedecieron los ojos

-perdón Yurio yo...no...-

-esta bien- lo corto el pequeño levantándose del comedor -lo entiendo...pero cuando te sientas mejor, ¡promete que iras a verme!-

Viktor y Yuri lo observaron sorprendidos, su cachorro era demasiado maduro para su edad, el omega lo observó enternecido, liberando sus feromonas, para luego levantarse y abrazarlo.

-perdón Yurio, pero te prometo que pronto iré a verte-

-Yurio se hace tarde para la escuela, ve por tu mochila, Yakov pasara por ti y luego te llevará a la pista- Yurio asintió sonriente y después se fue a su cuarto

-¿no vas a ir a trabajar?- pregunto el omega curioso, obteniendo com o respuesta una sonrisa del ruso

-que cruel eres Yuri, ¿tan poco me soportas ahora?, ¿no será que me estas engañando? ¿dime quien es? ¿tiene mejor cabello que yo?- dijo con una falsa voz de enfado, llevándose una mano hacia el pecho fingiendo indignación

-¡sabes que no es eso idiota!- grito el japonés mientras se sonrojaba

-era bromeando- río el alfa- pedí unas vacaciones, pronto tendré que volver-

Yakov no tardó en llegar por Yuri, el alfa no podía evitar sentir que estaba descuidando mucho a su hijo, pero no podía dejar al omega solo y este también se negaba a salir.

Somos familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora