La vida en familia es complicada, las peleas y el dolor pueden ser cosa de todos los días, así como también el amor y el apoyo que te dan, no sólo la familia de sangre es tu familia
Viktor alfa, Yuri omega y Yurio como su pequeño hijo omega
*ome...
-¡¿porque tienes que irte?!- grito Irina aferrándose al cuerpo del kazajo impidiendo que pudiera moverse
-quiero estar con Yura- suspiro intentado mantener la paciencia
-¡no es justo!...¡yo vine hasta Rusia solo por ti!-
-Yo no te pedí que lo hicieras-
-¿es que no lo entiendes?-
-¿que se supone que debo de entender?-
-¡el es solo un niño!, ¡no sabe lo que quiere!, ¡aunque tu le des tu corazón cuando cambie de opinión, como el niño caprichoso que es, el único lastimado será tu!- a mitad de su monólogo había comenzado a usar su voz y feromonas de omega, confundiendo ligeramente al alfa
-Yura no es así- gruñó entre dientes, sintiéndose ligeramente mareado por el empalagoso olor de la omega, por algún motivo el aroma a pasteles de Irina ahora lo sentía sumamente molesto, como se le hubieran tirado un pastel a la cara
-¿y como lo sabes?, hace años que no lo vez-
-lo conozco-
-¡deja de defenderlo! ¿porque lo haces?- susurro la castaña, aprovechando la confusión del kazajo paso sus manos al rededor de su cuello acercando sus rostros
-Irina- murmuró, intentando controlar a su alfa interno de tomar a la omega que se ofrecía tan descaradamente a el
-yo...yo...todo este tiempo he estado a tu lado...apoyándote ¿que ha hecho ese mocoso por ti?-
Justo cuando sintió los labios de la omega rosar los suyos se separó de ella violentamente.
-Irina, no vuelvas hacer eso- gruñó usando se voz de alfa, asustando a la castañas- Yura es sumamente importante para mi, no importa si solo llega a corresponderme la mitad de lo que siento por el, aun así yo seré feliz-
-no es justo- volvió a decir, comenzado a llorar, intentado acercarse a el, pero deteniéndose de golpe cuando sintió el aura intimidante del kazajo
-tengo que irme, te dejare las llaves-
-cuando el rompa tu corazón...yo estaré ahí para recoger los pedazos...sin importar que me hayas tratado de este modo-
Otabek suspiro cerrando la puerta detrás de si, temblado ligeramente ante el frío de la calle, había comenzado a nevar.
Se sentía molesto consigo mismo, por momento estuvo apunto de dejarse a por sus instintos de alfa, tenía que alejarse de Irina, no podía permitirse tener un desliz como ese, se moriría si llegaba a herir a Yuri.
Apretó la pequeña mochila que llevaba con el, tenía planeado pasar todo el tiempo posible con Yuri, pronto se le terminarían los pretextos para quedarse en Rusia y tendría que ceder a los pedidos de su madre para volver a Kajiztan.
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