Realidad

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Yurio se había recuperado lentamente, solo quedaba en el un ligero dolor de cuerpo y la vergüenza de lo que había sucedido con Otabek, no se lo dijo a sus padres pues conocía como era el alfa y tenía miedo como fuera a reaccionar.

Un suspiro salio de su garganta sin poder evitarlo, quería ver a el kazajo, pero no estaba seguro si era por sus propios sentimientos o era su omega interno que lo llamaba a estar lo más cerca posible de su alfa destinado.

Un fuerte sonrojo adorno sus mejillas.

-mi alfa destinado...- murmuró avergonzado, no era tonto, sabía todo lo que ellos conllevaba, el hecho de que su cuerpo reaccionará de esa forma, el sentimiento desgarrador de querer estar a su lado y no se pararse, querer formar una familia con el -¡por dios!, solo tengo trece años- gimió mientras tomaba una almohada y la pegaba contra su cara, intentado amortiguar sus gritos.

No sabía que lo avergonzaba más, si el hecho de haber aceptado eso, o la facilidad con la que lo llamaba su alfa.

-¿Yurio?- la tranquila voz de su madre lo saco de sus pensamientos, desde que lo vio sintió un ligero cambio en su olor, pero debido a su celo no podía saber que era, su corazón se removió intranquilo al reconocer ese dulce aroma

-mamá- se sentó de inmediato en su cama, queriendo ocultar el miedo en su voz, pero fallando en el intento

El japonés sonrió con ternura, mientras se acercaba a su pequeño, con lentitud se sentó en la cama, para después tomar una de las manos de su hijo y ponerla sobre su aun plano vientre.

Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas, abrazando al omega, hundiendo la cara en su cuello, le alegría saber que tendría un hermano....pero...¿y si pasaba lo mismo?, no quería volver a pasar por ello.

Un gemido lastimero salio de su garganta, disfrutando el tranquilizante olor que su madre liberaba.

-yo...yo se que todo saldrá bien ¡papá y yo te vamos a cuidar mucho!-

El japones sonrio sin poder evitarlo, su corazón se encogió conmovido, con fuerza apretó el cuerpo de su cachorro contra el, Yurio era muy maduro para su edad, y como siempre salía a reducir aquella "actitud alfa" que imitaba de su padre, después de todo los omegas no suelen querer proteger a nadie, al contrario les gustaba y buscaban ser protegidos.

-lo se, por cierto...-

-¡conocí a alguien!- grito Yurio de pronto sobresaltando al omega

-bueno, eso esta muy bien pero...-

-se llama Minami- Yuri no respondió solo lo observó con asombro y tristeza, invitándolo a continuar - patina para Japón...el me dijo que es tu fan-

Sonrió con lágrimas en los ojos, de pronto sentía que quería conocer a ese pequeño, su omega interno se removió intranquilo ante los recuerdos que lo inundaban, el olor de su alfa llamándolo lo regreso a la realidad, recordando la razón por la que había ido a buscar al rubio, con cuidado limpio las lágrimas que llenaban la cara de su cachorro y las suyas propias.

-Otabek esta afuera, quiere verte- río por lo bajo al ver como Yurio se sorprendía y se sonrojaba completamente, en su mente no pudo evitar pensar que era el mismo modo en el que el reaccionaba cuando veia Viktor

-¡¿lo dejaste solo con papá?!-

-¡oh vamos!, el no le haría nada a Otabek, sabe que te enojarias con el si ya no regresa por su culpa-

-es-eso...no...solo me enojaria un poco- reconoció

-iré a buscarlo, espera aquí-

-puedo ir yo, estoy bien-

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