La vida en familia es complicada, las peleas y el dolor pueden ser cosa de todos los días, así como también el amor y el apoyo que te dan, no sólo la familia de sangre es tu familia
Viktor alfa, Yuri omega y Yurio como su pequeño hijo omega
*ome...
Lucho contra la carcajada que quería salir de su garganta.
Viktor los observaba con un puchero desde el sillón.
El se contraba sentando en el suelo, rodeado con varios juguetes, y frente de el sus cachorros, los cuales balbuceaban un sin fin de palabras, como si estuvieran teniendo una conversación de gran importancia.
-no es justo- escucho la voz del alfa
Sonrió enternecido, el alfa estaba haciendo berrinche.
Por algún motivo que aún no lograba entender, de un momento para otro, los pequeños se ponían a llorar cada vez que el alfa se le quería acercar, como si estuvieran reclamando completamente su atención, dejando a Viktor sumamente frustrado por no poder acercarse a su omega.
-sabes que no lo hacen apropósito-
-estoy comenzando a creer lo contrario ¡me quieren quitar a mi Yuri!- gruñó fingiendo llorar
-nadie te está quitando nada...pero creo que están así por Yurio-
-deben extrañarlo, es la primera vez que se va desde que nacieron- concordó el mayor
-si, tuvimos suerte que la vez anterior la competencia fue en Rusia-
-¡oh! Creo que ya tienen hambre- le dijo el alfa, señalando a sus cachorros
Sora estaba mordiendo una de las mejillas regordetas de Hezelle, quien se alejo haciendo un pequeño puchero adolorido, pero al ver las lágrimas que su hermana comenzaba a liberar volvió a dejar que lo mordiera, observando cansadamente a Viktor, como si le pidiera que se la quitará de encima.
Con una sonrisa en el rostro el alfa se acercó a los pequeños, cargando a Sora quien sonrió al reconocer a su padre.
-solo me quieren para que los cargue ¿verdad?- le dijo a la pequeña entre sus brazos, consiguiendo como respuesta una sonrisa de corazón -¡no puedo enojarme con ustedes! ¡son tan lindos!- grito, comenzado a repartir besos en todo el rostro de Sora
Yuri sonrió enternecido, mientras levantaba a Hezelle del suelo, el pequeño rápidamente se acomodo entre sus brazos, mientras lo observaba fijamente.
-Poco a poco se vuelven más oscuros- murmuró para sí mismo
Los ojos de Hezelle iban cambiando lentamente, volviendo el color azul de sus ojos en una tonalidad más oscura y profunda, como si del océano se tratara
- ¿sucede algo?-
-no, solo...creo que me gustan mucho los ojos de Hezelle-
-¿más que los míos?- pregunto alarmado
-no empieces otra vez-
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Había un agradable silencio en la casa, como Yuri se sentía cansado el se ofreció para llevar a dormir a sus cachorros, dejándolo ir a dormir un poco antes.