Marca (maratón 3/?)

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-¿Beka?-

-quiero marcarte, NECESITÓ hacerlo- la voz del alfa había sonado mucho más gruesa de lo usual

Sin pensarlo mucho el kazajo libero sus feromonas, desesperado por marcar con su olor al pequeño Omega que temblaba entre sus brazos, sentía un calor envolverlo,  por algún motivo su alfa interno exigía marcar al rubio, como si el hecho de no hacerlo significará que nunca podría estar nuevamente con el.

En ningún momento había dejado de repartir besos y mordidas en la nuca del menor provocando que rubio poco a poco fuera cediendo, su aroma se lo confirmaba, Yuri le estaba cediendo completamente su cuerpo.

Con cuidado paso una de sus manos debajo de la playera del menor, repartiendo caricias por su abdomen y su pecho, apretando sus tetillas.

-Be-Beka- balbuceos el Omega con voz necesitada, enloqueciendo a su pareja  -espera- pidió con los ojos húmedos

Un gruñido surgio desde lo más profundo de su pecho, con la mando que aún tenía disponible tomó fuertemente la cadera del rubio, restregando su trasero contra su ya erecto miembro, embistiendolo sobre la ropa.

Metió una de sus manos bajo los pantalones y la ropa interior de Yuri, apretando el pene del menor masturbandolo frenéticamente, su alfa interno exigía tomar al menor.

-Beka detente- volvió a pendir entre gemidos-¡dente malditasea!-

Fue como si la realidad cayera de golpe sobre el kazajo, rápidamente se alejó del menor, jadeando, como si su piel quemara.

Yuri observo en silencio como el alfa se sentuaba en la cama, parecía pelear contra sus contra sus instintos.

-Yura...perdón...yo no quise...-

- no, no beka- lo llamo el menor, tomando su rostro entre sus pequeñas manos- me gustó lo que estabas haciendo pero...- sintió su rostro calentarse, la vergüenza no lo dejaba hablar

-¿pero...?- lo invito a continuar

- no podía ver tu rostro- admito desviando la mirada- no me gusta de ese modo-

-ya veo, perdón....creo que ya se lo que tengo que hacer-

-¿y qué es?- la sonrisa maliciosa del kazajo le causaba desconfianza

-tu irás arriba-

-¿qué?-

-iremos a tu ritmo- le aseguró

Antes de darle tiempo de responder, Otabek lo había puesto a horcajadas sobre el.

Se mordió el labio intentando callar un gemido cuando sintió el pene del alfa contra su trasero, por instinto comenzó a moverse contra el, restregandose insistentemente.

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