Aceptación

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-si, quería conocer a la persona que me quiere quitar a mi Beka-

La observó por unos segundos desde su sonrisa hasta la larga cabellera castaña que poseía, y sus grandes senos, intento analizar sus palabras, de pronto algo en su mente hizo "clic"

-¡ha!- grito acercándose a ella, con actitud desafiante- ¡¿como que tuyo?! ¡estúpida ubres de vaca!-

-¿como me llamaste? ¡niño malcriado!-

-¡no soy un niño!- su omega interno estaba alterado, simplemente no soportaba la idea de tener a otro omega cerca del Kazajo

-¡deténgase ustedes dos!- se quedo quieto, asustado, Otabek había usado su voz de alfa, supo que no había sido el único afectado cuando observó como temblaba y respiraba agitadamente la omega -Irina deja de decir ese tipo de cosas- gruñó el mayor

Yuri casi salta de alegría cuando sintió los brazos del alfa rodearlo en un abrazo protector, liberando ligeramente sus feromonas para que solo el pudiera sentirlas

-lamento haberte asustado- susurro el Kazajo, sin dejar de abrazar al rubio, una ligera sonrisa adorno su rostro cuando sintió como lo rodeaban los brazos del menor

-¿quien es ella? ¿porqué esta aquí? ¿porque la trajiste?- aunque se sentía molesto,  no pudo evitar relajarse por el olor que liberaba el alfa, su omega interno se sentía embriagado con el aroma

-ella me siguió- respondió con simpleza

-Beka, hace frío...me quiero ir- el rubio se aferro aun mas al cuerpo del Kazajo, negándose a alejarse de el

Irina había usado su voz de omega para llamar la atención de Otabek.

-necesito hablar con Yura-

-pero hace frío- insistió la castaña

-entonces puedes ir tu sola a casa, te daré las llaves- respondió impaciente el alfa

-pero dijiste que no querías que me perdiera, además de que ya es tarde, alguien podría intentar hacerme algo-

Yuri se tenso, todo el rato la castaña había estado usado su voz omega por lo que se había vuelto mucho más aguda, su omega interno salto inquieto, se sentía amenazado, era normal que los alfas terminarán cayendo ante la voz de un omega.

Sin poder controlarse comenzó a liberar sus feromonas, en un intento de retener a Otabek a su lado.

-Yura, no me iré a ningún lado- le dijo tranquilamente el Kazajo, hundiendo su nariz en el cuello del menor, disfrutando el olor que desprendía, repartiendo pequeños besos en este, intentado calmarlo.

El rubio se dejó hacer, aferrándose más al cuerpo del alfa cada vez que este lo besaba.

- quiero que se vaya- pidió en susurros, sentía sus ojos llenarse de lágrimas ,  su omega interno se romovia inquieto, temiendo que el alfa se fuera con ella

-no puedo obligarla a hacerlo, además de que no conoce por aquí, podría perderse-

-que se pierda- dijo en un puchero

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