Yu-topia

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-¡los pequeños Hezelle y Sora!, ¡son tan lindos!- el grito de su madre resono en todo el lugar

Río nervioso al ver la cara molesta de los mellizos intentando escapar del abrazo de sus padres, al mismo tiempo que Viktor soltaba quejidos lastimeros como si de un cachorro se tratara al ver a sus pequeños en otros brazos.

De cierto modo lo comprendía, ambos estaban acostumbrados al que las únicas personas que los cargaban eran ellos y Yurio, ocasionalmente Otabek también, el hecho de verlos en brazos ajenos, a pesar de tratarse de sus padres, hacia sentir incómodo a su Omega interno.

A pasos lentos se acercó a Viktor que no hacia nada por disimular su puchero molestó.

-¿qué sucede?- le susurró, liberando un poco sus feromonas, al instante el ruso lo abrazo protector

-todos me quieren quitar a mis cachorros- respondió fingiendo un llanto - no dejes que me alejen de tu lado también-

- no me iré a ningún lado Viktor, además son mis padres-

- lo se, sólo...no me gusta-

-¡Yurio!- grito la beta al ver a el rubio entrar- ¡Haz crecido tanto!-

El Omega menor la observo sorprendido por su efusivo abrazo sin saber que hacer, atrás de el venía Otabek cargando a pelusa, el cual parecía estar profundamente dormido, mientras Makachin se lanzaba feliz contra su padre

-abuela- Sintió su corazón encogerse de ternura ante el aroma dulzón que su hijo comenzó a liberar al mismo tiempo que devolvía torpemente el abrazó

-¿ y tú quien eres?- pregunto su madre una vez que se separó del rubio

-Otabek Altin- respondió serio como siempre, pero logro detectar un leve nerviosismo en su hablar, observando dudoso a Yurio, preguntando en silencio como debia presentarse

- es mi pareja- dijo el rubio después de un rato, tomando una de las manos del kazajo

-¡Bienvenido a la familia!-

-¿y Mari-ne?- pregunto después de un rato, comiendo con lentitud, saboreando el katsudon que su madre había preparado

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-¿y Mari-ne?- pregunto después de un rato, comiendo con lentitud, saboreando el katsudon que su madre había preparado

-¡cierto!- grito emocionada, no pudo evitar pensar que la beta estaba más feliz de lo normal, o tal vez era porque hace tiempo que No la veía- No te he contado, ha estado saliendo con una Omega muy linda, la fue a buscar para presentartela-

-nunca crei que viviría para verla con una pareja-

- se ven tan lindas juntas, sólo espera-

Se sentía sumamente feliz, tenía a toda su familia a su lado, Mari había llegado una hora después, junto con una Omega castaña de baja estatura y mirada amable, de nombre Hikari.

Había sido todo un espectáculo cuando Yurio no había podido evitar alterarse al sentir a una Omega cerca y abrazo protectoramente a Otabek, el cual parecía estar demasiado ocupado comiendo como para fijarse en las cosas que hacia el rubio.

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