Capitulo 23

2.1K 270 16
                                    

Maratón 4/4

No sabía por dónde empezar así que comencé por el final. Les conté lo que había pasado ese día en el parque luego de que Tomás hubiera terminado conmigo, les aclaré (de manera innecesaria) que Demian sólo era mi amigo y que no tenía ninguna intención de que mi relación para con él cambiara. Ellos quisieron saber qué había hecho con él después de su confesión y les conté que habíamos hablando un par de veces más pero nada serio; él no aceptó mi rechazo y yo no aceptaría que él tratara de abordarme, menos aún teniendo en cuenta el estado vulnerable en el que me encontraba.

Luego quisieron saber qué había sido eso de mi "enamoramiento" hacia Demian. Pero qué les podía decir respecto a eso, no tenía nada que aportar... lo que siempre había sentido por él estaba lejos de parecerse al amor. Lo que sentía por él era una admiración casi patológica porque quería ser como él, pero nada que tuviera que ver con el plano romántico, no lo encontraba atractivo ni mucho menos.

Nano se puso punzante y me recordó nuestro último aniversario, el día en que todo parecía haberse perdido para siempre. Me dijo que él lo había ayudado con aquello, habían planeado todo detalladamente y yo no había hecho más que echarlo a perder... me dijo que el ataque de pánico que había tenido Tomás ese día había sido por mi culpa pero eso yo no lo sabía.

–Tomás había comprado esos boletos del parque pidiendo prestado Rocco, él todavía los está pagando porque no tenía dinero pero quería llevarte allí porque sabía que querías ir y tú –largó una carcajada sarcástica y apretó sus puños en el mismo momento que Ignacio tomó su brazo para que no se acercara más a mí, definitivamente él quería golpearme –tú ya habías ido con el estúpido de Demian. Y no vamos a hablar de Madtown Rocco, sinceramente ¿En qué mierda estabas pensando?

–No lo hacía... no estaba pensando –supongo bajando la mirada avergonzado. –Yo... no quiero justificarme, lo que hice estuvo mal, pero quiero explicarme. Yo había le había mencionado a Demian que quería ir a esos lugares, y él... pues a él le gustaba cumplirme los gustos.

–Se llama agasajar Rocco –dice Ignacio negando con pesadez.

–Yo no lo veía así... quiero decir ¿no se supone que los amigos también hacen eso? Sorprenderse y esas cosas. ¿No le cumples tú los caprichos a Nano cuando quiere algo? –quiero saber con desesperación ¿No se suponía que así actuaban los amigos?

–Yo no hago eso

–No es lo mismo.

–Sí es lo mismo –me defendí con ímpetu. –Cada vez que Nano quiere un helado tú vas por él, o si quiere ir a un recital tú le compras la entrada. Es lo mismo.

–Oh por dios –suspiró Nano poniéndose de pie mientras el otro sólo me miraba un poco perdido. –No cambies de tema Rocco, no es lo mismo. Demian siempre actuó así contigo porque te quería conquistar, te quería enamorar y en lo posible monopolizarte.

–Somos amigos.

–Tiziano no dijo lo mismo –miré a Ignacio en forma de advertencia y él me invitó a seguir mediante una sonrisa burlona. –¿Qué?

–Tiziano va a decir lo que le convenga... ¿Desde cuándo ustedes sabían que él y Tomás estaban en una relación?

–¿Disculpa? –Nano se veía confundido, pero él era el mejor amigo de Tomás, no había manera que no supiera. –Ellos son amigos desde

–Tú sabes que no me refiero a eso.

–¿Sé claro Rocco? ¿Sabes cómo suena lo que estás diciendo? –dice Ignacio con desconfianza.

–Exactamente como quiero que suene. Tiziano y Tomás están juntos como Tomás lo estaba conmigo... ¿Desde cuándo lo sabían?

Hubo un silencio incómodo durante unos largos segundos en los que ambos me miraban incrédulos. Me llevé un gajo de naranja a la boca y lo mastiqué con calma esperando sus respuestas, yo no diría nada más hasta que ellos no hablaran. Y nuevamente, fue al mismo tiempo.

–Estás demente –largó Ignacio mientras Nano rompía en carcajadas. –Nano...

No sé porqué reía. Si porque le parecía divertido que los hubiera descbierto, si le parecía una locura o si estaba nervioso porque no sabía qué decir para justificar su complicidad.

–Nano, basta –pidió nuevamente el otro chico subiendo un poco la voz, pero su amigo no dejaba de reír, de hecho reía más y más fuerte mientras intentaba inútilmente prender un cigarrillo.

–¿Es que no lo ves? –consultó entre altas carcajadas pero Ignacio estaba cada vez más enojado –Dios los cría y el diablo los amontona Ignacio.

–¡Es suficiente! –gritó cortando de cuajo sus carcajadas. –Esto es algo serio y tú comienzas a reírte así... –suspiró –Lo único que falta es que Rocco piense que nosotros ya sabíamos algo. Ahora explícate. ¿Qué demonios es eso de que Tomás y Tiziano están juntos?

Me puse de pie y fui por un cigarrillo, no porque fuera algo largo de contar, de hecho era algo bastante corto y claro, pero sería doloroso. Recordar ese día aún dolía.

2. Si tú quieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora