CAPÍTULO 31

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–Tengo derecho a rehacer mi vida ¿no? Pues ya está. No te metas en mis asuntos– dijo ella elevando el tono de voz.

–¡Son asuntos que nos afectan a ambas! Y si te casas con él y tenemos que mudarnos de nuevo ¿qué? Paso de cambiar de aires otra vez. Y menos convivir con un tipo que no conozco de nada– le contesté.

Me negaba a volver a marcharme. Ahora que ya me había acostumbrado a este sitio no nos íbamos a ir.

–¡VALE YA LENA!– gritó todavía más fuerte.

–¡No me da la gana! ¡No quiero que estés con nadie! ¡NO!– grité

–Te aguantarás

–¡Y una mierda!

Y dicho eso me cruzó la cara. La miré con la boca abierta. Sin decir nada me encerré en mi habitación. La mejilla me picaba de dolor. Y no me quejaré. Debo admitir que me lo merecía pero es injusto todo lo que está haciendo. No quiero que se junte con un hombre. El sitio de papá nunca se ocupará...

***

–Venga Lena– me insistió Dani.

–Nose Dani– dije tirándome bocabajo en la cama.

–Vamos. Si no se va a enterar– me dijo acariciándome la espalda.

Me quedé unos segundos pensando.

–Además, no sería la primera vez– añadió a lo que rió.

–Mmm– dije quejándome.

Giré mi cabeza para mirarlo. Puso una cara de perrito abandonado.

Que mono.

–Ahg. Está bien...– acepté.

Me levanté y cogí una mochila en la que metí ropa. Dani me llevaba insistiendo en que fuera a su casa desde que entramos en mi habitación. Mi madre estaba en un viaje de "trabajo" con su novio, Alan. ¿Increíble verdad? Hace dos días que lo conocí y no es tan retrasado como pensaba, pero no me convencía del todo.

Cogí por último mi móvil y salimos del apartamento. Había dejado de estar castigada hace una semana. Mi madre entró en mi habitación y me lanzó todo lo que me había quitado. Y el movil me cayó en la cabeza de lleno.

Me dolió hasta ayer.

Llegamos a la calle y nos subimos a su coche. Llevo con Dani casi un mes y medio y un mes y medio sin ver a mi mejor amiga. Echo muchísimo de menos a Clara. Hablé con ella hoy en la mañana durante el recreo pero no nos dio tiempo a hablar todo lo que teníamos que hablar.

Ojalá estuviera aquí conmigo.

–Oh dios– dije que casi se me salen los ojos de la órbita.

Mi Mejor Error #MME1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora