CAPÍTULO 32

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Salí del coche, corrí hacia ella. Me vio y vino corriendo hacia mi. Cuando estábamos a un metro la una de la otra, salté a sus brazos. No me lo podía creer. Estaba aquí.

Del impulso que cogí ambas caímos al suelo pero eso no me impidió separarme de ella. Al contrario, la abracé más fuerte.

–No puedo creer que estés aquí– dije.

–Te he echado muchísimo de menos– dijo ella abrazándome aún más fuerte.

Después de un rato nos levantamos y la volví a abrazar.

–¿Qué haces aquí? No, no es posible... ¿las clases? Oh dios, te amo Clara– dije tan rápido que no se si me entendió.

–Pedí a mi madre que viniéramos. Insistí mucho hasta que aceptó. Y bueno, las clases da igual– dijo ella riendo.

Nos separamos del abrazó. Noté como Dani se puso a mi lado.

–No te ha matado de milagro– le dijo a Clara a lo que yo le pegué en el torso.

–Dani, esta es Clara, mi mejor amiga– dije sonriendo.

Ambos se sonrieron.

–Bueno, ¿y ahora que vas a hacer?– pregunté juntando mis manos.

– Dar una ruta turística con mi madre– dijo rodando los ojos– ¿Luego hablamos?– preguntó a lo que asentí.

Nos despedimos de ella y volvimos al coche. Durante el camino estuvimos hablando de cosas sin importancia.

Cuando llegamos a su casa me quedé en shock. Eso no era una casa, eso era un mansión de las grandes.

–Venga vamos– dijo cogiéndome de la mano.

–Espera, las cosas– dije frenándolo.

–No te preocupes. Ya vendrán a por ello– dijo volviendo a tirar de mi.

–Wow– dije para después volver a caminar.

Dani me enseñó toda la casa y te juro que era un laberinto gigante. Y por último su habitación la cual era gigante.

–No te debes aburrir aquí– dije admirando el lugar.

–No te creas– dijo él persiguiéndome con la mirada.

–Ya me gustaría a mi vivir en un sitio así...

–Para eso me tienes a mi. Puedes venir cuando quieras– dijo acercándose a mi y abrazándome.

Sonreí al aspirar su aroma. Me giré para quedar frente a frente y no dudé ni un segundo en atacar sus labios.

Y justo en ese momento tocaron a la puerta. Dani rompió el beso.

–¿Quién es?– preguntó.

–Soy yo, Daniel. Vengo a traeros la cena– dijo una voz femenina.

Mi Mejor Error #MME1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora