Mi Mejor Error #MME1

CAPÍTULO 28

–¡Déjame llamar a Emma! ¡Ella sabe como abrir una puerta sin llave!– dijo Nick.

–¿Os habéis peleado?– preguntó Dani.

–Si... pero eso da igual. Ahora solo quiero salir de aquí– dije apoyando mi frente en la puerta blanca.

En verdad no me daba igual. No me gustaba gritarle a mi madre ya que se que está mal pero luego, veo que no se comporta como una madre y eso me enfurece más.

El día que empiece a existir en su vida tiraré cohetes.

–Emma ya está aquí. No te preocupes Lena. En menos que canta un gallo estarás libre– dijo Emma.

Oí ruidos provenientes del cerrojo.

–Ya está, abre– dijo Emma después de un minuto escaso.

Abrí la puerta y me lancé a los brazos de Emma.

–Gracias, gracias, gracias– dije abrazándola más fuerte.

–Ey, también existimos– dijo Nick llamando mi atención.

Me giré a él y le saqué la lengua. Me separé del abrazo de Emma y abracé a Dani dejando a Nick sin mis fantásticos abrazos.

–Te odio– dijo enfadándose de broma.

–Y yo– le dije a Nick.

Puso una cara de perrito abandonado. Emma y Dani no pudieron aguantar la risa y se estallaron allí mismo.

–¡¡Que si hombre!!– dije saltando a sus brazos y dándole un abrazo.

–¿Contento?– dije mirándole a la cara.

En ese momento la puerta del ascensor se abrió. Miré en esa dirección y quise reírme a carcajadas. Las risas de Dani y Emma cesaron y tenían un cara de serios que ni ellos la aguantaban.

–¿Qué haces con mi novio?– dijo Alba para después llegar a donde nosotros y empujarme haciendo que casi caiga.

–¿Pero tu que eres tonta? No espera, vaya pregunta. Si ya se la respuesta– dije colocando mi ropa.

–Te vas a enterar– dijo con intención de agarrarme los pelos.

Me acerqué yo también a ella para pegarle una buena paliza pero alguien me cogió por la cintura provocando que no haya contacto físico con esa zorra.

Dani me alejo de ella y Nick hizo lo mismo con Alba. Mientras me intentaba soltar del agarre pero no podía ya que él es mucho más fuerte que yo.

–Meter una buena paliza no es la solución– me dijo Dani una vez que mis pies tocaron el suelo.

–En este caso si– dije para pasar por su lado con intenciones de armarla gorda.