Mi Mejor Error #MME1

CAPÍTULO 24

–Así que con Dani ¿eh?– preguntó Nick acercándose a mi.

Asentí sonriendo. Comenzamos a andar en dirección a casa.

–Ya me gustaría a mi– dijo mirando al suelo.

–¿El qué?– pregunté confusa.

–Tener a alguien como tu– dijo levantando la cabeza para mirarme.

Mis mejillas se pusieron más rojas que la sudadera que llevaba puesta.

–Me gusta que te sonrojes. Te queda bien.

¡¿Este niño quiere matarme no?!

–¿Y qué es que no te vale con Alba?– pregunté intentando deshacer el nudo que se había formado en mi garganta.

–La verdad, no. Estos días está muy arisca y se cela por todo– dijo encogiéndose de hombros.

–¿Y la vas a dejar?– dije a lo que me arrepentí al momento de haberlo preguntado– Perdón, no quería...

–Puede. No te preocupes, ya lo sabe todo el mundo, y creo que ella también– dijo riéndose.

–Ah...– alargué.

Llegamos al portal del edificio. Entramos dentro y nada más ver a quien estaba hablando con Tom me tensé.

Me di la vuelta con intención de irme.

–Lena García. Cuanto tiempo ¿no?– dijo a mis espaldas.

Me paré en seco. El miedo ya se había apoderado de todo mi cuerpo. Temblando me di la vuelta.

Iván estaba enfrente de mi con su sonrisa de superioridad y con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta.

–¿No piensas darme un abrazo?– preguntó abriendo los brazos.

Cerré los puños y tensé mi mandíbula.

–¿Qué haces aquí?– pregunté aguantando las terribles ganas de llorar.

–Venir a visitarte. ¿Acaso no recibiste mi carta?– preguntó otra vez arrogantemente.

–Vete de aquí. No te quiero ver– dije apretando más mis puños. Estos ya estaban más blancos que los dientes de Taylor Swift.

–Por una vez te haré caso. Pero no te relajes. Pronto tendrás noticias mías– dijo para después, pasar por mi lado chocando con mi hombro aposta.

No aguanté más y salí corriendo en dirección a la puerta de las escaleras. La abrí y empecé a subirlas.

–¡Lena! ¡Espera!– gritó Nick.

–Déjame– grité ya llorando.

–¡¿Pero que te pasa?!¡¿Quién era?!– preguntó.

–¡Nadie!– llegué al segundo piso y me dispuse a subir el tercero.

No le quería escuchar. Quería olvidarme de todo.