Mi Mejor Error #MME1

CAPÍTULO 34

Abrí los ojos poco a poco. Una tenue luz entraba por las rendijas de la persiana.

Miré hacia mi izquierda pero no vi a nadie. Poco a poco me senté en la cama. Al no ver a nadie decidí darme una ducha y vestirme.

Cuando estaba lista, bajé a la primera planta.

– ¿Dani? – pregunté en alto al no percibir ningún movimiento.

– Señorita. Daniel ha tenido que salir a un recado – dijo la mujer de ayer que nos había traído la cena– Volverá a la tarde. Mientras, pude hacer lo que usted quiera. ¿Quiere algo de comer? – me ofreció.

–Muchas gracias. De momento no me apetece nada – dije sonriéndole.

–Como usted quiera. Cualquier cosa estoy en la cocina– dijo retirándose.

Miré la hora en mi móvil. Eran las 12 de la mañana. ¿Y este a donde habría ido? ¿Y que era tan importante que no podía faltar? Flipo.

Decidí salir al enorme jardín trasero. Este estaba rodeado de árboles. Había un montón de fuentes y plantas muy bien cuidadas.

Caminé hasta llegar al centro en el cual estaba la fuente más grande del recinto.

Me senté en el borde. Acaricié el agua que caía sin cesar. Podría quedarme día y noche y no me cansaría. Ni en Barcelona tenía una casa parecida a esta. No era ni la mitad de la casa de Dani.

Hablando de Dani. Ahora que tenía tiempo podría llamar a Nick y preguntarle que le pasa.

Marqué su número pero no contestaba. Lo volví a intentar 10 veces y no contestó. ¿Y este ahora por qué no contesta? Agh.

Volví dentro de la mansión y caminé hasta la cocina. Allí, como dijo, estaba aquella mujer que no recuerdo su nombre.

E aquí la que tiene memoria pez. Hello.

– ¿Desea algo, señorita? – preguntó con su tono dulce.

– Llámame Lena por favor. Y si es mucho pedir, un chocolate caliente.

– Claro que no. Ahora mismo se lo hago – dijo para ponerse manos a la obra.

Intenté de nuevo contactar con Nick pero fue imposible.

– Aquí tiene – dijo poniendo un tazón lleno de chocolate delante mio.

– Gracias – le agradecí.

– ¿Desea algo más?

Me quedé pensando.

– Si. Siéntate por favor – ella frunció el ceño, no obstante, unos segundos mas tarde hizo lo que le pedí – Cuéntame cosas sobre Dani cuando era pequeño.