Mi Mejor Error #MME1

CAPÍTULO 33

Dani rodó los ojos y fue a abrir la puerta. Detrás de esta había una mujer, vestida entera de negro, morena, de unos 40 años de edad.

–Gracias, Vero– dijo Dani cogiendo una bandeja llena de comida.

Cerró la puerta y dejó la bandeja encima de su cama.

–¿En esta casa coméis todo eso?– pregunté asombrada.

Se encogió de hombros.

Empezamos a comer. Yo no comí ni la mitad que tenía en el plato. Era demasiado. En cambio, Dani se comió todo su plato y más.

–Cacho estómago que tienes– dije riendo.

–Es un glotón. Me manda comer todo el rato– dijo a lo que reí más fuerte.

–Eres mundial, Dani...

Ya eran las 12:00 de la noche. Dani estaba tumbado mirando el móvil y yo encima de él acariciando si torso desnudo. Según él se había quitado la camiseta porque hacia calor. Raro ya que estamos casi en invierno pero da igual, me gusta más así.

– ¿Por qué no te quitas la camiseta más veces? – le pregunté.

– Si me la quitase más gente me vería así y claro, se enamorarían de mi... Y tu tendrías celos – dijo apartando la mirada del móvil para mirarme.

Arqueé una ceja. En verdad, lo que había dicho era cierto.

Entonces mi móvil sonó. Era un mensaje. Lo cogí y abrí el chat.

NICK, 12:05 – Lena, tenemos que hablar. Es muy importante. Llámame cuando puedas.

¿Qué? ¿Qué quería decirme que es tan importante? Encima Nick, que no es que seamos mejores amigos.

Finalmente dejé el mensaje en leído y mañana lo llamaría.

–¿Pasó algo?– preguntó.

–No, ¿por?

–Tu expresión cambió completamente– dijo frunciendo el ceño.

–No es nada. Solo que Nick quiere hablar conmigo– dije quitándole importancia.

Cuando dije el nombre de Nick, Dani se tenso.

–¿Te preocupa algo?– pregunté.

–No, nada– dijo riendo nervioso.

Entrecerré los ojos mirándole como si pudiera leer lo que pensaba en estos momentos. Puede que no sea Sherlock Holmes pero se que este me oculta algo.

–¿Sabes? Estás mucho más sexi con mis camisetas– dijo soltando el móvil.

En esos momentos llevaba una camiseta de él.

Me tumbé encima de él y le besé. Cada segundo que pasaba le besaba con más intensidad.

Poco a poco nos hicimos deshaciendo de cada prenda que llevábamos.