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Las maletas están preparadas y el chófer aguarda en la puerta, pero como de costumbre Daniel se retrasa.
- ¿Qué haces?, llevamos quince minutos esperándote.
- Un momento Lu, que no encuentro mi gorra.
- No me llames así, sabes que no me gusta.
- Está bien, pues espera un momento Lucas, que estoy buscando mi gorra.
- ¿Cuál, la roja con rayas negras?
- Esa misma.
- La has metido en la maleta pequeña. ¡Vámonos ya!
- Ya voy, mira que eres impaciente.
Mis padres esperan al lado del coche para despedirnos. Acabamos de terminar la carrera de Empresariales, y para celebrarlo mi padre nos regala un crucero a Venecia y una estancia de cinco días en uno de sus famosos hoteles.
- Espero que os lo paséis muy bien hijo, y comportaros como personas adultas.
- Tenemos 22 años papá, creo que ya somos mayorcitos.
- ¿No viene nadie a despedirse de tu amigo?
- Qué va, si están deseando perderle de vista.
- Toma hijo –extiende la mano y me da un sobre.
- ¿Qué es esto?
- Quiero que lo abras cuando desembarquéis, creo que te va a gustar.
- Está bien. Adiós papá, cuida de mamá.
- Lo haré. Disfruta.
Las puertas se cierran y el motor se pone en marcha camino del puerto.
Tras dos horas de viaje llegamos a nuestro destino. El transatlántico no está mal, diría que triplica el tamaño del Titanic. Daniel me mira con la boca abierta.
- Tu padre es muy generoso con el crucero, menudo barco.
- Ya sabes que el dinero para él no es un problema.
- Qué suerte tienen algunos.
- No es suerte, ha trabajado mucho para conseguir todo lo que tiene.
- Ya, pero a ti te ha tocado la lotería habiendo nacido en una familia multimillonaria.
- Entremos -le digo para abandonar la conversación.
Nuestro camarote en primera clase es grande, con dos camas, cuarto de baño, un armario, un pequeño escritorio y un balcón con vistas al mar.
El crucero durará cuatro días; tendremos tiempo para disfrutar de la piscina, los bares, el cine, el teatro...
Un fuerte sonido nos avisa de que zarpamos.
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Nuestra primera parada es el bar. Al sentarnos en la barra nos atiende una chica guapa, alta, rubia y con labios muy rojos. Está poli-operada.
- ¿Qué queréis tomar?
- Dos Gin-tonics con mucho hielo.
Los sirve y se dirige otra vez a nosotros.
- Esta noche habrá cena con actuaciones musicales, magia y humor. Comienza a partir de las 22:00. Es un gran espectáculo.
Cojo el vaso y salgo a cubierta, haciendo caso omiso a sus palabras.
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INDECENCIA
Teen FictionUna novela que no te dejará indiferente. Completamente adictiva. Si te gustan las historias en las que nada es lo que parece, está hecha para ti. La vida de Lucas cambiará por completo cuando le ofrezcan ser el director general de una de las empresa...