INDECENCIA

Capítulo 14

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Sólo faltan unos minutos para las campanadas; Daniel y yo esperamos sentados en  el sofá mientras contamos las uvas por tercera vez.

El final del 2014 prometía ser el mejor de toda mi vida, pero como ya me avisó mi                               subconsciente, siempre sucede algo que impide la felicidad completa. Creía que esta noche iba a estar acompañado de toda la gente a la que quiero y, sin embargo, me veo sólo junto a mi único amigo. Ni siquiera Megan está aquí conmigo. 

¿Es que acaso tengo la culpa de algo? Acabo de saber que mi padre, tal y como lo conocía hasta hace unos días, no es mi padre, sino que Filippo Andreotti, ese hombre que dirigió Yonoodle antes de que yo llegara, es quien realmente lleva mis genes.

¿Soy culpable de enfadarme con mi madre por mentirme durante 22 años? Sinceramente, no lo creo.

Jueves, 25 de diciembre de 2014.

- Tranquilícese, por favor –me pide Ariadna.

- ¿Que me tranquilice? ¿Acabas de decirme que Filippo Andreotti es mi padre y quieres que haga como si no pasara nada? Mi vida es una puta mentira. Llevo años viviendo con un hombre que no lleva mi sangre. 

Eso significa que Aitor, por el que he llorado y he sufrido durante cada segundo de mi                              existencia, no es completamente mi hermano. Sólo una mitad de él es como yo. La otra mitad es un desconocido para mí. ¿Sigues pidiéndome que me calme?

- No lo pagues con ella –Megan me agarra del brazo para intentar sosegarme. 

- ¡Estoy hasta los cojones de todo el mundo! Mi madre siempre me ha enseñado que tengo que ir con la verdad por delante, que mentir puede hacer daño a las personas, pero ella es la primera que lo ha hecho conmigo.

Después de esto ya no puedo confiar en nadie –afirmo mientras me dirijo a la entrada y cojo  mi abrigo.

- ¿Dónde vas? ¡Lucas!

Viernes, 26 de diciembre de 2014.

Apenas he sido capaz de dormir un par de horas. Pasar todo el día lejos de mi apartamento y de toda mi familia no ha servido de nada. 

Siempre he escuchado que la distancia no cura las heridas, y he podido comprobar en primera persona que es cierto.

- ¿Cómo te encuentras? –me pregunta Megan al ver que he abierto los ojos.

- Igual que ayer. Hasta que no hable con mi madre no podré sacarme esta rabia que me come por dentro. Necesito verla y pedirle explicaciones. Quiero que me diga por qué cojones me ha ocultado la verdad durante tanto tiempo.

- No creo que todavía estés preparado para tener una conversación con ella. 

- Lo estoy, te lo aseguro. 

Llamo a mi madre al móvil y le pido que venga en treinta minutos al Doge, y que lo haga sola.

Nunca había estado tan nervioso. Las piernas me tiemblan como a un niño pequeño cuando le regaña la profesora.

Cuando suena el timbre de la puerta mis manos comienzan a sudar. Yo, Lucas Martín, director de una de las empresas más importantes del mundo, hijo desconocido de Filippo Andreotti y  novio de una de las mujeres con más carácter de todo el país, estoy acojonado.

- Hola hijo –mi madre me da dos besos.

- Hola –respondo bruscamente.

- ¿Qué te pasa? Tienes un aspecto horrible.