Capítulo 25

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- No puede ser -digo dubitativo-. Es imposible.

Megan niega con la cabeza.

- ¿Recuerdas el cuarto gris?

- Claro. La única vez que he follado sin condón.

- Fue culpa mía, Lucas. Yo te pedí que lo hicieras.

No es cierto. Dos no follan si uno no quiere.

- El pasado es irreversible; buscar culpables ahora no sirve de nada..

- ¿Y ahora qué? -pregunta con indecisión-. ¿Vas a ayudarme con esto o desaparecerás de mi lado para siempre?

- Nunca haría algo así. Es nuestro hijo, y juntos vamos a sacarlo adelante.

- Cuando me hice la prueba no paré de pensar en cómo reaccionarías. Ni siquiera me atrevía a decírtelo.

- No es el mejor momento para ser padre; siento pánico al pensar en ello, pero imagino a un mini Lucas o una mini Megan correteando por los pasillos del Doge y no puedo evitar sonreír. Quiero tener ese hijo.

Mis palabras hacen que Megan se emocione.

- Te quiero Lucas -me besa al mismo tiempo que varias lágrimas recorren sus frías mejillas.

- Estás helada -coloco mi chaqueta sobre sus hombros-. Vamos a casa.

Emma le prepara un vaso de leche caliente mientras se preocupa por su estado anímico.

- ¿Quiere que llame a un médico?

- No te preocupes. Sólo necesito descansar.

- Puedes retirarte -le ordeno-. Yo me encargo de ella.

- Echaba de menos todo esto -admite con nostalgia-. Han sucedido tantas cosas desde la última vez que nos vimos...

- ¿Qué ha pasado con Barroso? ¿Dónde está?

- Es una historia muy larga.

- Tengo tiempo -le aseguro.

Suspira antes de comenzar a relatarme lo ocurrido.

- Le he hecho creer que seguía enamorada de él para ganarme su confianza, y cuando he conseguido deshacerme de sus hombres nos hemos acostado. Luego le he esposado contra el cabecero de la cama y le he apuñalado en el abdomen. A estas alturas ya estará muerto.

- Necesito la dirección de la casa en la que estabais.

- ¿Para qué? Diego no volverá a molestarnos.

- Escríbela en un papel. Avisaré a Sergio para que le hagan una visita a ese cabrón.

Tras responder a mi llamada telefónica y hacer algunas preguntas al respecto, se dirige con varios miembros de su equipo hacia el lugar señalado por Megan.

- Le mantendré informado -intenta tranquilizarme.

- Lucas, ¿qué está pasando? ¿Quién es Sergio? -pregunta Megan, desorientada por la situación.

- Es una historia muy larga.

- Tengo tiempo -arquea las cejas.

- Ariadna tenía una doble vida. No sólo era mi secretaria; también trabajaba para los Servicios Secretos de la ciudad. Se encargaba de proteger a todos los ciudadanos. Sergio era su Jefe de equipo; gracias a ellos estoy vivo. Me rescataron cuando ya había perdido el conocimiento.

- ¿Tu secretaria era una infiltrada?

- No. Ella nunca difundió información de la empresa, ni utilizó nuestros datos para otros fines.

INDECENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora