- No puede ser -digo dubitativo-. Es imposible.
Megan niega con la cabeza.
- ¿Recuerdas el cuarto gris?
- Claro. La única vez que he follado sin condón.
- Fue culpa mía, Lucas. Yo te pedí que lo hicieras.
No es cierto. Dos no follan si uno no quiere.
- El pasado es irreversible; buscar culpables ahora no sirve de nada..
- ¿Y ahora qué? -pregunta con indecisión-. ¿Vas a ayudarme con esto o desaparecerás de mi lado para siempre?
- Nunca haría algo así. Es nuestro hijo, y juntos vamos a sacarlo adelante.
- Cuando me hice la prueba no paré de pensar en cómo reaccionarías. Ni siquiera me atrevía a decírtelo.
- No es el mejor momento para ser padre; siento pánico al pensar en ello, pero imagino a un mini Lucas o una mini Megan correteando por los pasillos del Doge y no puedo evitar sonreír. Quiero tener ese hijo.
Mis palabras hacen que Megan se emocione.
- Te quiero Lucas -me besa al mismo tiempo que varias lágrimas recorren sus frías mejillas.
- Estás helada -coloco mi chaqueta sobre sus hombros-. Vamos a casa.
Emma le prepara un vaso de leche caliente mientras se preocupa por su estado anímico.
- ¿Quiere que llame a un médico?
- No te preocupes. Sólo necesito descansar.
- Puedes retirarte -le ordeno-. Yo me encargo de ella.
- Echaba de menos todo esto -admite con nostalgia-. Han sucedido tantas cosas desde la última vez que nos vimos...
- ¿Qué ha pasado con Barroso? ¿Dónde está?
- Es una historia muy larga.
- Tengo tiempo -le aseguro.
Suspira antes de comenzar a relatarme lo ocurrido.
- Le he hecho creer que seguía enamorada de él para ganarme su confianza, y cuando he conseguido deshacerme de sus hombres nos hemos acostado. Luego le he esposado contra el cabecero de la cama y le he apuñalado en el abdomen. A estas alturas ya estará muerto.
- Necesito la dirección de la casa en la que estabais.
- ¿Para qué? Diego no volverá a molestarnos.
- Escríbela en un papel. Avisaré a Sergio para que le hagan una visita a ese cabrón.
Tras responder a mi llamada telefónica y hacer algunas preguntas al respecto, se dirige con varios miembros de su equipo hacia el lugar señalado por Megan.
- Le mantendré informado -intenta tranquilizarme.
- Lucas, ¿qué está pasando? ¿Quién es Sergio? -pregunta Megan, desorientada por la situación.
- Es una historia muy larga.
- Tengo tiempo -arquea las cejas.
- Ariadna tenía una doble vida. No sólo era mi secretaria; también trabajaba para los Servicios Secretos de la ciudad. Se encargaba de proteger a todos los ciudadanos. Sergio era su Jefe de equipo; gracias a ellos estoy vivo. Me rescataron cuando ya había perdido el conocimiento.
- ¿Tu secretaria era una infiltrada?
- No. Ella nunca difundió información de la empresa, ni utilizó nuestros datos para otros fines.

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INDECENCIA
Teen FictionUna novela que no te dejará indiferente. Completamente adictiva. Si te gustan las historias en las que nada es lo que parece, está hecha para ti. La vida de Lucas cambiará por completo cuando le ofrezcan ser el director general de una de las empresa...