— ¿Se encuentra bien, señor Martín? –me pregunta el doctor Fernández, advertido por mi inescrutable expresión.
En realidad no. El sexo del bebé no es lo único que aparecía en mi pesadilla. El doctor Fernández, al que nunca antes había visto, también estaba en ella. La misma voz, la misma sonrisa y la misma bata blanca con franjas azules a la altura del hombro izquierdo.
— Estaba convencido de que sería un niño –digo en tono jocoso, interpretando mi mejor papel protagonista.
Tras salir del hospital, Megan no duda en hablar sobre lo acontecido en la sala.
— ¿Qué te ocurre Lucas? Has estado muy distante ahí dentro.
— Es sólo cansancio. Ayer estuve en una fiesta y me dieron garrafón –bromeo.
Mi respuesta, además de ser poco creíble, sonaba menos ridícula en mi cabeza.
— Lucas Martín, te conozco demasiado como para saber que me estás ocultando algo. ¿Tengo que preocuparme?
— Claro que no –respondo con contundencia-. Aún no me he acostumbrado a la idea de ser padre. Pasar de follador a cambia-pañales no es fácil.
— Tu etapa de follador no se verá afectada –me muerde el lóbulo de la oreja en mitad de la calle, provocándome una erección inmediata.
Imagino los titulares de la prensa captando el momento: "Lucas Martín, empalmado al aire libre"; "El director de Yonoodle y sus erecciones en público"; "El descomunal miembro de Lucas Martín sale a la luz".
— Haría muchas cosas indecentes contigo ahora mismo, te lo aseguro, y créeme si te digo que estoy esforzándome para no abalanzarme sobre ti y penetrarte hasta quedarme sin aliento, pero tengo a dos alumnos universitarios esperando en la puerta de mi despacho, impacientes por conocer una respuesta.
— Está bien, pero esta noche serás sólo para mí.
— Prometido -le doy un pequeño beso de despedida.
Al llegar a la empresa, Graziani me entrega los informes de los estudiantes que ha estado valorando el personal de gestión durante los últimos días, para que yo seleccione de manera definitiva a uno de ellos. Ambos son españoles, de 21 años y estudiantes de Empresariales en la universidad Ca' Foscari.
— Podéis pasar –les comunico una vez revisados los documentos.
Cuando aparecen frente a mí, lo único en lo que pienso es en que hace dos años yo estaba en la misma situación, aunque en mi caso tenía vía libre para entrar en la entidad de mi padre.
— Buenos días, señor Martín –me saludan de forma tímida.
— Saúl Blázquez y Jonás Toledo, ¿verdad?
Asienten.
— Cualquiera de los dos reúne las cualidades para realizar las prácticas con nosotros, pero la legislación me obliga a elegir sólo a uno –comienzo a explicarles-. Tenéis la nota media más alta de todos los candidatos que han mandado sus currículums, un 9,8 y un 7,6, además de una actividad funcional muy elevada respecto al resto. Si os soy sincero, a pesar de todo ello, me ha resultado muy fácil decidir. En este caso creo que lo más justo es darle una oportunidad a quien tiene una calificación menor. Un 9,8 es casi la perfección, pero a veces lo imperfecto es necesario para construir el éxito. Por eso te elijo a ti, Jonás. En este momento te conviertes en miembro oficial del equipo de Yonoodle.
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INDECENCIA
Novela JuvenilUna novela que no te dejará indiferente. Completamente adictiva. Si te gustan las historias en las que nada es lo que parece, está hecha para ti. La vida de Lucas cambiará por completo cuando le ofrezcan ser el director general de una de las empresa...