Capítulo 9

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«Es feo, es feo, es feo»
     Le dejaron un vaso en frente y lo tomó después de dejar unos billetes en la barra.
     —¿Y tú? —preguntó antes de dar un pequeño trago al vaso.
     —¿Yo? Bien, gracias —contesté rápido, sin tartamudear o titubear.
     —Uh, me alegro —rió— pero la última vez que te miré dije que si te volvía a ver conseguiría tu nombre.
     —Hayden —dije.
     —Lindo —me sonrió, inclinó la cabeza— ¿Bailas? —negué con la cabeza, la última vez que lo hice fue hace más de año y medio. No quería que pensará que lo rechazaba, aunque así era por lo que dije:
     —No estoy lo suficientemente ebria —bromeé dando un trago a la botella. No quería aparentar inseguridad, otra vez.
     —¿Por qué huiste de mí? —fruncí el ceño— Allá afuera, hace como diez minutos —mis cejas dejaron de fruncirse para alzarse.
     —¿Eras tú el del callejón? —asintió bebiendo— ¡Me has asustado hasta la mierda! —exclamé, la vergüenza me llenó así que dejé de mirarlo.
     —No fue mi intención, lo siento —me miró apenado. Su mirada se fijo detrás de mí, no pude evitar la curiosidad así que volteé. En el segundo piso en una mesa estaba Jos con su novia, a su lado Bryan y una chica de pelo azul junto con otro chico moreno que miraba a Alonso— Ahora vuelvo —mencionó Alonso para después alejarse con su vaso. Al instante Ana se colocó a mi lado.
     —Es muy guapo —dijo con una sonrisa— ¿cómo se llama?
     —Alonso —dije.
     —Dos especiales —le indicó al barman— No te fíes tan fácil eh, pero no te hagas la difícil —aconsejó— ¿Quién lo diría? Te dejé treinta minutos sola y ya bailas con un castaño y platicas con un rubio, me sorprendes —el barman dejó dos pequeños vasos con alcohol frente a nosotras, Ana pagó.
     —Hablando de, ¿no te diste cuenta de que él quería contigo? —reproche.
     —Oh, claro que lo noté pero tengo chico y miré perfecta la oportunidad para ti.
     —Fue vergonzoso, ni siquiera bailamos, huí al baño —mencioné. Ella me regañó con la mirada.
     —Te perdonó sólo porque sé que ese rubio es del que me hablaste en la tarde —me pasó uno de los dos vasos— Por el mes de Abril —levantó el pequeño vaso de cristal y se lo empinó. Me miró alzando las cejas, esperando que yo también bebiera, tomé entre mis dedos el vaso para beberlo de uno solo— Como en los viejos tiempos —mencionó arrastrándome a la pista de baile, un pequeño flash invadió mi cerebro, cuando a los diecinueve me colaba en clubes y bebía sin conciencia.
«Como cambian las cosas»
     Me sentí mareada, llevaba sólo dos tragos, oh vamos, yo aguanto más que eso.

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora