Capítulo 21

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«No hagas un escándalo por nada»
     Avanzamos por el pequeño hábitat de las aves, varios eran pájaros pequeños y regordetes, otros eran de cuellos largos con plumaje café. Y había uno que otro pavo real.
     —Ojalá que uno abra su cola —murmuró Alonso mientras ambos veíamos al pavo real alejarse del camino, asentí incapaz de hablar. Me daba miedo que alguno me atacará pero fuera de eso, era hermoso mirar desde adentro las diferentes aves. Una sonrisa nació en mis labios. Más nos acercamos a la puerta más aliviada me sentía.
     —¡Ah! —volteé sobre mi hombro, un pavo real estaba sobre la cabeza de una pequeña vestida de rosa, las lágrimas salieron de los ojos de la niña. La chica que nos había dado las instrucciones anteriormente se acercó a pasos rápidos.
     —Tranquila, tranquila —se metió una mano al bolsillo del pantalón caqui que traía puesto. —No grites porque alteras a los demás _pidió la rubia, la pequeña cerró los labios en un puchero. La rubia aventó un puñado de semillas lejos de la niña, el pavo real lo miró. La pequeña lloraba.
     —Necesito que salgan —nos indicó un chico con uniforme del zoológico, Alonso tiró de mí fuera del hábitat. Desde afuera seguimos mirando. El pavo real abrió su cola, dejando mirar la variedad de colores de ésta. Un hermoso plumaje. Segundos después la cerró y se bajó de la cabeza de la niña.
     —Uau —suspiró Alonso— Por lo menos abrió la cola —avanzamos al siguiente hábitat. Una casa enorme cubierta por una tela blanca.
    —¿Qué hay ahí? —se encogió de hombros mientras avanzábamos hacia allí. Un chico con una gorra del zoológico estaba en una entrada.
     —No griten, no corran, no cámaras con flash —nos indicó— Deberán entrar rápido y cuando lleguen a la salida, salgan rápido, por favor —pidió— ¿Listos? _quitó el seguro de la puerta, la cual también era cubierta por una tela blanca— Ahora —abrió la puerta, Alonso y yo entramos, en seguida la puerta se cerró. Miré alrededor, cientos y cientos de mariposas de diferentes colores volaban. Había un pequeño camino que seguimos hecho de piedras hermosas, rodeado de plantas y flores.
     —Precioso —Murmuré dejando que Alonso me guiara, admiraba las mariposas volando por lo que no mire mi camino, tropecé con una roca y choqué con Alonso, quien con su mano libre rodeó mi cintura, sujetándome. Solté un suspiro.
     —Ya se me hacía raro que no tropezarás —bromeó.
     —A mí también —lo miré sonreír achicando los ojos, y no me percaté de la cercanía. Apreté mis labios. Sus ojos se conectaron a los míos, acerqué mi rostro al suyo y él acercó su boca a la mía.

«Ojos azules, mariposas, labios suaves, olor a flores»
     No pudo ser más perfecto. Alonso encendió las direccionales del auto.
     —Gracias por traerme —dije quitando el cinturón de seguridad, faltaban diez minutos para que mi turno empezará.
     —No hay problema —sonrió —Oye —borró su sonrisa— Yo, debo, salir de la ciudad. Por unos exámenes de la uní, volveré el viernes posiblemente así que, ¿salimos de nuevo? —asentí pero no sonreí.
«¿No lo vería durante toda la semana?»
     —Hasta el viernes _pronuncié saliendo del auto.
     —Oye, oye —se estiró hacia mí pero yo cerré la puerta, bajó el vidrio de ésta— Mhm, —mordió sus labios— No me has dado tu número —apretó los labios, luego mordí yo los míos.
     —Tengamos esa tercera cita, y tal vez te lo de —le sonreí de lado, quitó el cinturón de seguridad y salió del auto para llegar a mí.
     —Hecho —sonrió mostrando sus perfectos dientes— Hasta pronto —asentí, confundida de que bajara. Se acerco a mí y dejó un beso en mi mejilla. Un sonoro beso. Sonreí sintiendo la calentura de mi rostro. Luego le deje un beso sobre los labios, uno casto.
     —Hasta pronto.

Here Comes Forever - R5 (Canción en multimedia)

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora