Capítulo 10

187 14 0
                                    

«Alonso»
     Un hormigueo me recorrió de los pies a la cabeza, me sentí ida, por un instante dejé de tener control de mi cuerpo, éste se movía al ritmo de la música electrónica. Y luego volví cuando Ana habló.
     —¿Otro trago? —negué y se alejó. Seguí bailando. Me sentí acalorada, prisionera de mi cuerpo.
    —Hayden —Alonso se acercó a mí.
    —¿Por qué tiñes tu pelo?— pregunté, sus raíces eran oscuras— Creo que es mejor castaño —pasé mi mano por su cabello, había dejado de bailar. — Pero lo tiñes, puaj.
    —Me siento ofendido —dijo, no supe si lo decía enserio o en broma— Y a la vez halagado —añadió. Le sonreí.
     —De nada —sabía que debía dejar de acariciar su pelo pero me sentí incapaz de dejarlo ir. Sus ojos me miraron fijamente, escuchaba mi corazón acelerado en mis oídos, zumbando.
    —¿Me vas a soltar? —preguntó divertido.
     —Seguro, en algún momento —asentí, me regaló una sonrisa.
     —Bailemos —sonreí.
     —¿Acaso me estás preguntando? —pregunté con tono divertido. Alonso apretó los labios.
     —No en realidad —entrecerró un ojo. Cinco veces, fueron cinco veces las que el tacón de tiburón me dobló el pie y fueron cinco veces las que Alonso me sujetó de la cintura para evitar que cayera.
     —Soy una torpe —Murmuré.
     —Algo —se mofó Alonso. Sonreí. Mi estómago se revolvió así que me aparté de él. Me miró ceñudo. — ¿Estás bien? Tu rostro se puso amarillo —negué con mi cabeza, volteé a todos lados y emprendí una carrera al baño. En seguida tropecé y caí al piso, nadie lo notó, todos bailaban. Me puse de pie rápidamente para llegar a los baños ya. Salí del bullicio de gente cuando al tacón se volvió a doblar.
     —¡Carajo! —exclamé furiosa, antes de que mi rostro diera contra el piso unas manos me rodearon la cintura y me guiaron al baño con velocidad. Escuché exclamaciones de unas chicas mientras entraba al cubículo, Alonso me sujetó el pelo mientras devolvía. Me sentí más enferma. Impotente. Alonso me acarició la espalda y con ello terminé. Jale la palanca rápidamente. Ni siquiera me atreví a mirarlo, moría de vergüenza.
     —¿Te sientes mejor? —preguntó, escuché preocupación en su voz.
     —Mhmjm —pase el dorso de mi mano por mi ojo, no quería llorar. Alonso pasó un poco de papel, limpiando mi mentón y boca.
     —¿Mejor? —asentí con lágrimas en los ojos.
     —¿Podrías traer agua? —susurré, quería que se alejara de mí. Asintió y salió del baño. Me acerqué a lavar mi boca. La enjuague y no me importaron las miradas de las chicas en mí, tomé papel para quitarme el brillo de la cara y el rímel corrido. Me miraba mejor, sólo un poco, debía huir.
«Todo iba jodidamente bien»
     Salí del baño y me dirigí a la salida cuando mis pies se enredaron, tropecé y caí hacia adelante, me recargue sobre un pecho duro. Miré el rostro de Alonso y maldije. Me extendió la botella de agua.
     —Gra-cias —Murmuré.
     —No hay porqué —sonrió de lado. Me extendió un chicle, le sonreí de lado tomándolo— ¿Cómo es posible que no te hayas roto un pie aún? —bromeó.
     —Milagros de la vida —dije con ironía. Se carcajeó y su risa me dio ternura. No le importó, no le afectó este incidente vergonzoso.

We found loveRihanna (Canción de multimedia)

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora