Capítulo 6

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«Ojos negros, pelo castaño, granos rojos y enormes, dientes chuecos»
     Trate de imaginarme a Alonso menos atractivo, así no me enamoraría de su físico, lo conocería y tal vez, sólo tal vez me gustará su personalidad. No está bien enamorarse del físico de una persona, eso es sólo un bono extra.
     —He de mirar que la función que quiero ver inicia en cinco minutos, así que dame dos boletos para rápido y furioso —pidió Ana, asentí imprimiendo las entradas. Ana deslizó el dinero sobre la barra— ¡Pasado mañana inicia abril! —chilló emocionada— A las diez paso a buscarte, así que ya sabes —le entregué los boletos.
     —Disfruta la función —dije mientras se alejaba. Oh diablos, lo había olvidado.
     Cuando dieron las seis, salí de la taquilla mientras mi compañera entraba, fui a la sala de empleados para tomar mis cosas.
     —Hey, ¿sabes dónde queda ésta calle? —me preguntó Jos pasándome un papel arrugado, fruncí las cejas.
     —Sí, vivo en esa calle, ¿por? —sus cejas se elevaron.
     —Tengo una cita, y ésta es la dirección —se colocó una chaqueta floreada, le indiqué por dónde debía ir— ¿Quieres que te lleve? —ofreció con una sonrisa, me quité le camisa con el logo del cinema para colocarme una sudadera roja. Negué.
     —Estoy bien pero gracias —le sonreí, ambos salimos de la sala.
     —De acuerdo, te veré el lunes —sonrió. Salimos del cinema y empezó a llover, caminamos debajo del techo de los locales para evitar mojarnos— ¿Sabes? —escuché su voz detrás de mí mientras nos dirigiamos a la salida de la plaza— Te vendría bien el aventón, y a mí que me guiarás para recoger a mi chica —apreté los labios, tenía razón, ambos salíamos ganando.
     —Bien, llévame —dije con pesar pero sólo estaba bromeando, la mayoría del tiempo Jos y yo bromeabamos. Caminamos por el estacionamiento trotando mirando por si un auto pasaba, hasta que finalmente subimos a su auto.
     —Que clima tan loco —dijo soltando el aliento mientras encendía el auto.
     —Se parece a ti —mencioné abrochando el cinturón de seguridad, rió.
     —Gracias —hecho el auto en reversa.
     —No era un cumplido —dije con una sonrisa.

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora