Capítulo 34

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«Recuerdos para toda la vida»
     Las personas iban y venían frente al casino, Alonso y yo rodeamos el lugar hasta dar con una puerta de servicio, intentó abrirla pero ésta no cedió.

Soy la clase de chica que no dice ni una palabra

Seguimos buscando otra entrada, ya que legalmente él no puede entrar, vamos a escabullirnos.
     Llegamos a otra puerta, ésta es de emergencia, intenté abrirla pero tampoco cedió.

Está noche soy una sinvergüenza

     —Las puertas de emergencia sólo abren desde adentro. —Mencionó mientras nos alejábamos, llegamos al estacionamiento— es mitad hotel —dijo. Una idea loca me cruzó la mente.

Yo podría ser tu kriptonita

     Alonso alzó una ceja coqueto mientras vestía un saco blanco de cocinero, el traje de gala lo tenía debajo de éste.

Enciende mi corazón como un cerillo, cariño.

Sonreí mientras colocaba un sombrero de cocinero sobre mi cabeza.
     —¡Tú! —un hombre de baja estatura señaló Alonso— ¡Mueve tu trasero aquí!¡Cocina! —le ordenó, Alonso se puso en marcha— ¡Y tú! —me señaló— ¡A trabajar! —siguió gritándole a otros cocineros, busque la puerta de salida, ambos fingimos trabajar en la cocina mientras intercambiábamos miradas.

Listo o no, aquí voy.

Él alzó una ceja y yo asentí. Mientras el enano gritón estaba dándonos la espalda ambos retrocedimos hacia la puerta. Él me dejó salir primero y antes de que la puerta se cerrase alguien gritó.
     —¡¿A dónde van ustedes dos?! —tomó mi mano mientras corríamos, sobre mi hombro miré al chef detrás de nosotros, luego se detuvo. Seguí corriendo tras Alonso, cuando volteé de nuevo atrás un hombre de seguridad nos seguía mientras hablaba por un teléfono inalámbrico.
Llegamos a la zona arcade, muchas personas estaban concentradas en los juegos y había varias meseras con bebidas.

Tú serás mi William, yo seré tu Kate viviendo como en un cuento de hadas.

     —Allí —dije mirando luces neones y música alta, mientras avanzábamos hacia allá me solté de su agarre, tropecé.

Llévame lejos, a donde sea que tú digas.

«Diablos»
     —¡Corre! —me gritó alzándome, desabrochó mi saco de cocinero y lo tiró al suelo, luego se alejó rodeando las máquinas— ¡Corre! —miré cómo otros dos tipos de seguridad lo seguían, yo corrí hacia las luces neones, My Way sonaba, entré al bullicio de personas que bailaban al ritmo que marcaba Calvin Harris, sonreí.

Listo o no, aquí voy a donde sea que estés.

Atravesé el bullicio de gente para llegar a una zona alta y busque con la mirada.

La noche es joven, la multitud, la música alta pero voy a encontrarte.

Chicos, chicas saltaban, bailaban, gritaban, mientras luces color neón se dirigían hacia todas partes parpadeando.
     —¿Dónde estás? —murmuré para mí. No pude disfrutar del show que daba Calvin sin Alonso, y no pude divisar a Alonso entre tanta gente. Me dirigí de vuelta al arcade.

Te encontraré

Lo recorrí dos veces antes de que la desesperación me invadiera.
     ¿Y si lo atraparon?¿Y si lo sacaron? Saqué mi celular y lo llamé, no respondió. La desesperación me llenó. Busque una salida y entonces lo oí.
     —¡Hayden! —volteé mi cuerpo, el grito provino del show, a penas audible por la música estruendosa. Me dirigí allí mirando a todos lados.
     —¡¿Alonso?! —grité, apenas me oí yo misma, así que dudo que él lo haya hecho, volví a marcar pero me mandó a buzón— ¡¿Alonso?! —el teléfono sonó y atendí.
     —¡¿Hayden?! —apenas lo escuché— ¡¿Dónde estás?!¡No te veo!
     —¡¿Hola?!¡Casi no te oigo!
     —¡Te escucho!¡¿Ves las luces azules?!
     —¡¿Luces qué?!
     —¡Azul! —levanté la mirada, en una esquina del salón había focos color azul colocados en forma de pirámide sobre el techo y pared, caminé hacia allí. Detuve mi caminar cuando Calvin dijo unas palabras y empezaba a sonar Feel so close.

y yo bailamos desde la noche hasta el amanecer.

     —Aquí estás —escuché a Alonso a mi lado, sonreí.
     —Nuestra canción —frunció el ceño, ya que cuando hable la música aumentó— ¡Nuestra canción! —sonrió.
     —¡Baila conmigo! —volé los ojos, ¿acaso pensó que no lo haría? Empezamos a saltar cantando nuestra canción, reíamos, bailábamos. Cuando la canción llegó al coro, lo abrace y bailamos despacio.
     —Me encontraste —le dije al oído.
     —Siempre te voy a encontrar —besó mi coronilla— Te quiero.

Ready or notBridgit Mendler (Canción en multimedia)

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora