Estrellas Rotas || Alonso Villalpando

Capítulo 37

«Te extraño»
     Fueron las palabras que escuché entre sueños. ¿Qué era lo que extrañaba? A lo largo del día esas dos palabras resonaban en mis oídos, volviéndome loca, pues el no saber qué significaba más el calor insoportable me hicieron sentir estrés.
    Llegué a casa cerca de las siete, tres horas más temprano que ayer. Alonso hacía la cena, me senté en una silla y lo miré.
     —¿Qué tal tu día? —sabía que se interesaba por mí y que no tenía maldad en esa inocente pregunta pero su voz me hizo molestia. Estaba muy estresada.
     —Bien, bien —apreté mis sienes, eso captó su atención.
     —¿Te duele la cabeza? —negué. — ¿Qué pasa? —me levanté bruscamente.
«Por favor, cállate»
     Él no tenía la culpa, así que mordí mi lengua. Bajó la flama de la estufa y se acercó a mí.
     —Oye, Hayden, ¿te sientes mal?¿Qué sucede? Me estás preocu... —lo calle besándolo, el beso fue más allá de mis intenciones. Me acarició la cadera, no moví mis brazos, los sentía muy pesados. Sus caricias siguieron subiendo por mi abdomen pasando por mi espalda y pechos, solté un suspiro mientras su boca se movía a mi cuello. Era placentero pero no me provocaba. Maldito cansancio. Me aparte.
     —Me bañare —anuncié, pareció desconcertado. Noté lo que esos besos provocaron.
     —Sí, sí —se mordió los labios, giró hacia la estufa negando con la cabeza, me quedé mirándolo. Me miró sobre el hombro un segundo antes de seguir negando— Si no ibas a querer hacerlo pudiste no besarme así.
     —Lo lamento pero, quería silencio —alce los hombros— Me siento muy estresada y sólo, quiero, ducharme —agite mis manos varias veces antes de dar vuelta e ir al baño. Más tarde, ya vestida y más relajada encontré a Alonso comiendo en la mesa. Había un plato servido sobre la barra, lo tomé y me senté a su lado.
     —Alonso —me miró masticando su comida— Lo siento —asintió alzando su comisura.
     —Está bien, lo entiendo. Estás cansada.
    
     El jueves por la noche llegó, y el transcurso del día fue el doble de estresante debido a la premier de una película de terror, llegué a casa cerca de media noche.
     —Hola —dijo Alonso desde el sofá mirando una película, llegué a sentarme a su lado.
     —Hola —me dejé caer sobre él, me abrazó.
     —¿Y la premier?
     —Milagrosamente, salió bien —solté un suspiro largo. Sus dedos me acariciaron el hombro en círculos— Iré a la cama, estoy cansada. —me aparté y lo escuché suspirar, cuando salía de la sala habló.
     —Mi familia volverá a San Diego —di vuelta hacia él— Y el sábado nos invitaron a cenar —asentí.
     —¿A qué hora? —me llevé una mano a la nuca y masajeé.
     —Siete.
     —Bien, apresurare el trabajo. Te veo en la cama —giré. Me coloqué el pijama al terminar de bañarme y me dirigí a la cama, me acosté y abracé a Alonso, ya estaba dormido. Estaba a punto de caer dormida cuando lo escuché decir
     —Te extraño.

The Fall Song – Bridgit Mendler (Canción de multimedia)